La primera ronda de contactos entre la empresa y los
sindicatos del Banco de España se ha cerrado esta semana sin
que las partes hayan cedido en sus pretensiones. La entidad
mantiene su intención de cerrar entre otras las sucursales
de Ceuta y Melilla con la oposición de los representantes de
los trabajadores, que sólo confían ya en la “acción
política”.
La primera ronda de contactos entre la empresa y los
sindicatos del Banco de España se ha cerrado ayer sin que
ninguna de las partes hayan cedido en sus respectivas
pretensiones. La entidad mantiene su intención de cerrar
cinco sucursales institucionales de la península además de
las de Ceuta y Melilla, con la oposición de los
representantes de los trabajadores, que sólo confían ya en
la “acción política”. Así lo explicó ayer José María
Hernández, representante del Sindicato Autónomo de
Trabajadores del Banco (SATBE), tras la celebración de la
‘mesa de diálogo’ convocada por la entidad. Los
representantes de los empleados se habían reunido un día
antes con el subgobernador del Banco, Javier Aríztegui,
quien según informó Hernández, les reiteró la decisión
“irrevocable” del cierre de estas oficinas.
Así las cosas, y a la espera de nuevas reuniones, desde
SATBE se señala que la única esperanza de que pueda evitarse
la retirada del banco de los dos territorios
extrapeninsulares afectados es la de que la “acción
política” e institucinal emprendida en favor de su
permanencia surta efecto.
Por el momento, se han dado iniciativas en este sentido por
parte del presidente de la Ciudad, Juan Vivas, y del
diputado nacional melillense, Antonio Gutiérrez. Según
confirmó ayer a este diario el senador por Ceuta, Nicolás
Fernández Cucurull, la próxima semana tiene previsto acordar
nuevas acciones con el resto de parlamentarios.
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