El autodenominado Comité de Coordinación para la Liberación
de Melilla anunció ayer el aplazamiento a una fecha todavía
por determinar de la marcha que habían convocado para el
próximo sábado hacia esa ciudad autónoma española para
reivindicar su “marroquinidad”. Fuentes del comité señalaron
a los medios de comunicación que esta decisión se debe a que
el grupo islamista ilegalizado Justicia y Caridad había
manifestado su intención de sumarse a la marcha y había
comenzado a movilizar a decenas de miles de sus seguidores
para integrar la protesta.
“El comité no está seguro de poder controlar a la gente que
vaya con ese grupo y de que la manifestación no acabe
convirtiéndose en un acto violento”, dijo un representante
del colectivo, integrado por diferentes partidos y
asociaciones de la sociedad civil marroquí.
Por tanto, esa organización decidió ayer posponer la marcha
“pese a que ya hemos demostrado que los puntos estratégicos
de Melilla (en referencia a dos manantiales de agua que
abastecen parcialmente a la ciudad) están controlados por el
pueblo marroquí y a que se habían sumado a la convocatoria
más de medio millón de personas”. “La intención era hacer
una marcha pacífica, pero al no poder asegurarlo, no vamos a
arriesgarnos”, señalaron las fuentes, destacando que no se
oponen a un partido islamista, ya que otros como Justicia y
Desarrollo forman parte del colectivo, sino que “no están
seguros de los objetivos” de la adhesión de ese otro grupo.
Justicia y Caridad (“Al Adl Wal Ihsane”, en árabe),
organización dirigida y controlada por el carismático jeque
Abdeslam Yasin, es la mayor cofradía religioso marroquí y
pretende reislamizar a la sociedad de ese país, con especial
énfasis en la espiritualidad.
La campaña emprendida por el comité de coordinación, según
un comunicado difundido esta semana, se lanzó “ante la
persistencia de las camarillas colonialistas españolas en su
política hostil y ofensiva hacia los supremos intereses” de
Marruecos.
Para ese grupo liderado por el senador marroquí y alcalde de
la localidad fronteriza de Beni-Enzar, Yahya Yahya, el
ejemplo “más escandaloso” de esa postura fue “la insólita e
inmoral declaración respecto a los incidentes ocurridos en
El Aaiún, aprobada por unanimidad en el pleno del Congreso
de los Diputados”.
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