Hoy domingo 5 de diciembre volvemos a casa, un tanto
cabizbajos, nuestros rostros pelín desilusionados. Damos por
finalizado nuestro esperado y tan ansiado puente de la
Inmaculada que debería haber durado hasta el miércoles 8.
Que mejor ocasión para visitar la bella ciudad
centroeuropea. Una ciudad de cuento de hadas, calles
nevadas, mucho, mucho frío, fotos de reportaje, cervezas a
tutti plain, ricas comidas hipercalóricas, tiendas de
cristal checo y porcelana, granates, y esos famosos
mercadillos de Navidad praguenses; el viaje se presentaba
inolvidable, lo ha sido.
Tres parejas, viejos amigos de siempre, nos embarcamos en el
proyecto y empezamos a elaborar mil planes. Poco a poco,
millones de bytes se acumulaban en mi ordenador, mapas,
rutas, lugares que visitar, restaurantes, anécdotas de otros
viajeros, costumbres, consejos. Contratamos excursiones,
reservamos entradas para la opera, el teatro negro,….
También se acumulan las tareas, revisar la ropa de abrigo,
las temperaturas anunciadas son heladoras, compramos botas
de alta travesía, pantalones y camisetas interiores
térmicos. Todo esto llenará nuestras maletas pero mas
repletas van de ilusiones, expectativas, ganas de pasarlo
bien con los amigos y conocer la ciudad.
Llega diciembre y los últimos preparativos, comprar coronas
checas, sacar billetes de barco, hotel en Torremolinos pues
el vuelo sale tempranito… suma y sigue, entre ropa, botas,
billetes, hotel…. un dineral y todavía no hemos salido de
casa.
Viernes tarde, camino de Málaga, una paradita en la Cañada,
para hacernos con el nuevo disco de Sergio Dalma y a cantar
el resto del camino “can-ta-reeee y asi al final desper-ta-reeee…”
y primeras noticias de la huelga por un caballa con el que
tropezamos, nos golpea la dura realidad de nuestra “España
profunda”: huelga de controladores, el espacio aéreo español
esta cerrado”
¿COMO? ¿QUE? ¿POR QUÉ? ¿QUE VA A PASAR CON NUESTRAS
VACACIONES?
Llamo a la agencia y nada, comunicando, comunicando, consigo
el numero de Politours mayorista de nuestro periplo y me
atiende un señor, dice que debemos hacer como si no hubiese
ocurrido nada, mañana a las 7.30 am en el aeropuerto. AENA
sin embargo, aconseja no acudir a los aeropuertos, hay que
contactar con la compañía aérea, claro, para que no se les
acumulen más gente allí, que ya están saturados.
A las 7.30 am del día 4, sábado, dejamos los coches en un
parking privado de San Julián, se nos empiezan a poner las
orejillas tiesas cuando el empleado dice que no nos cobra
porque lo mismo no volamos, acto seguido se bajan del
minibus de traslados una pareja que nos cuentan que les han
cancelado su vuelo a Berlín de las 6 de la mañana. Esto
empieza a oler a chamusquina.
A las 7.45 estamos en la T3 mostradores 379-380 el vuelo de
las 9.30 a Praga figura en los paneles del aeropuerto,
parece que sale a su hora….nos vamos a la fila a facturar.
Las 8.40 y aun no abren los mostradores de facturación, sale
un empleado de la compañía aérea y nos cuenta que vamos a
tener retraso pues nuestro avión está en Varsovia y no puede
venir porque AENA no le da permiso para aterrizar en Málaga.
Oh desilusión!!!
La fila es un poema, hay personas mayores, jóvenes, niños,
las caras de desconcierto, fastidio y desilusión empiezan a
aparecer, estamos detrás de una pareja de recién casados,
estrenan su matrimonio con un romántico, soñado y mucho me
temo que fallido viaje a Praga. Al otro lado tenemos a dos
hermanas residentes en Almería con las que entablamos
conversación, son viajeras con galones, este verano
estuvieron de crucero por la ruta del Mediterráneo Oriental
y antes de embarcar, en el aeropuerto, les perdieron las
maletas, la mayor comenta: ” estuvimos con las mismas bragas
todo el crucero”
Nos echamos unas risas a cuenta de las aventuras sin ropa
interior y otros enseres y decidimos hacer turnos cuidando
maletas, pues hay que ir a estirar las piernas, no hay sitio
para sentarse, la zona de facturación es una zona de
tránsito, y no está preparada para largas esperas, a penas
dos o tres cafeterías con colas de 20-40 minutos, un Bk y un
restaurante que aun están cerrados, el vestíbulo del
aeropuerto comienza a llenarse.
En la cola de la cafería charlamos con otros viajeros
destino Praga, comentamos rumores, noticias… esto pinta mal.
Sabemos de personas que han facturado hace horas, se dirigen
a Estambul, permanecen secuestrados en la otra zona del
aeropuerto, deberían haber salido a las 6 am.
Las 9.30 y aparece una señorita de Politours, saben muy
poco, el vuelo sigue retrasado hasta que la compañía aérea
decida cancelarlo, no nos pueden dar una hora de salida
porque no saben ni siquiera si esta se producirá. Nos
facilita su número de móvil y se va a otra zona donde acaban
de cancelar otro viaje a Londres. Pienso en el día que tiene
que estar pasando esta chica, vaya marrón!!.
Sobre las 12 el vestíbulo está que va a reventar, aparecen
cámaras de canal sur, fotógrafos y periodistas por doquier
entrevistando gente, sacando fotos, hay muchos responsables
de tour-operadores, intentando que los clientes no se
alteren, cada vez más policías y personal de seguridad, se
nota que los ánimos se van crispando, las paciencias se van
agotando la sensación de impotencia acampa a sus anchas
entre los presentes, pero ni un responsable político o de
AENA da la cara vaya a ser que se la partan. Repiten por
megafonía una y otra vez como si quisieran lavarnos el
cerebro que el espacio aéreo está cerrado por la huelga de
controladores. Ya lo sabemos, ya.
Pedimos las hojas de reclamación y se han agotado, nos dan
una fotocopia con un número escrito a mano y nos remiten a
conserjería para entregarla y hacer una copia una vez
rellena.
Otra viajera de acento argentino que viaja con su hijo está
indignada, y no es para menos, se ha preparado el viaje
durante mucho tiempo, ha puesto muchísima ilusión en enseñar
al adolescente esta bonita ciudad que ya se sabe de memoria
y ve que se va a quedar con las ganas. Un vendedor de
lotería aparece entre el gentío, las vecinas le compran un
décimo de Navidad acabado en 13, dejo pasar la oportunidad y
luego me arrepiento, es un número idóneo para un día como
hoy.
Las 13.45, estamos hartos de esperar en pie o sentados en el
suelo, las noticias son desalentadoras, por lo menos hasta
las 6 de la madrugada no abren el espacio aéreo.
Los responsables de Politours deciden devolvernos el 100% de
lo cobrado a través de nuestras agencias, nos lo dan por
escrito firmado y sellado así que llamamos a los chicos del
parking y volvemos a por nuestros coches, regresamos a
nuestras casas, con nuestras ilusiones y sueños rotos. No
hay viaje a Praga, no visitaremos la ciudad de las cien
torres, no haremos las fotos que quisimos hacer, no
navegaremos por el Moldava ni visitaremos al niño Jesús de
Praga, no pasaremos frío en Praga a pesar de la ropa
térmica, no probaremos la rica cerveza checa, y no nos
perderemos por esos callejones medievales aun conservados;
hemos perdido un día de nuestras vidas en una cola para ir a
ningún sitio, hemos llenado un poco mas el tarrito de la
desesperación ante la impotencia que ya tenemos a rebosar
todos los humildes ciudadanos de este país.
Un aplauso para todos esos viajeros que con su civismo y
saber estar han hecho amenas las larguísimas horas de espera
en pie; paciencia, tolerancia, educación, empatía. Nosotros
si que valemos, señores, y no esos otros que están ahí
arriba y que no saben o no quieren hacer nada, personas que
decidieron no ir a trabajar porque los que se llaman
representantes del pueblo decidieron agitar un trapo rojo y
apareció el minotauro, justo en el momento apropiado para
robarnos las vacaciones a los que aún podemos disfrutarlas.
¿Quienes son para tener ese poder sobre nuestras vidas?
¿Cómo se llama este tipo de delito? ¿Secuestro?, ¿violación
de derechos?, ¿abandono de auxilio?, ¿sedición? A los que
hacen esto los meten en la cárcel ¿porque estos duermen aun
en sus casas? ¿Alguien entiende algo? Yo no. En fin, nos
quedamos a dos velas y tal como está el panorama esperemos
que al menos no hayamos perdido nuestro dinero.
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