Es lo que consideran que hay en
Loma Colmenar muchos de sus vecinos, con lo que el miedo, de
verdad, ha llegado a la casi totalidad de estos vecinos.
Y eso hay que atajarlo. Eso no puede seguir en la situación
actual, en la que nadie, allí, se encuentra seguro.
Si todo es complicado, la mayor complicación está en los
sucesos de la última semana, puesto que en menos de cuatro
días se han quemado cuatro vehículos. Ahí, exclusivamente.
La preocupación por la seguridad de estos vecinos ha saltado
ya a ser un problema muy difícil de soportar y no sé si tan
difícil de erradicar.
Tal es así que el representante de esta barriada Rafael
García asegura que han solicitado la presencia de más
agentes de policía para que velen por la seguridad de todos
los componentes de la barriada.
La queja más comentada, desde la propia barriada es que
allí, en sus calles “no patrulla nadie”, con lo que es
terreno abonado para que los “presuntos delincuentes” actúen
a sus anchas, sin que nadie les pueda llamar la atención, ni
de día, ni de noche.
Los residentes de esa zona que, al haber sido solucionados
otros problemas, se las veían muy felices, se han encontrado
ahora con este otro problema que trae preocupados y
aterrados a muchos de estos vecinos.
Y si el hecho de incendiar uno, dos y varios vehículos más,
es un problema y un gran peligro, todavía más problemático
es que los propietarios de estos vehículos, todos ellos
trabajadores, se encuentran con su coche abrasado y sin
medios económicos para adquirir otro.
Y lo más problemático de todo es que, parece que aquí, estos
delincuentes, delinquen por hacer mal, porque si, sin otro
afán más que, a lo sumo, llevar a cabo un ajuste de cuentas,
que es el fondo de la mayor parte del incendio de estos
coches.
Mucha preocupación y más que eso se respira en la barriada,
especialmente cuando advierten que no se han cumplido las
promesas que ya hace tiempo se les hicieron de que iba a
haber más presencia policial.
La situación ha llegado a un extremo tal que ya se ha
lanzado la primera advertencia:” si no nos remedian esta
situación, los vecinos tomaremos medidas en el asunto”. La
amenaza es grave, posiblemente, eso fuera lo más efectivo,
pero es algo que va en contra de toda la legislación sobre
este asunto, con lo que no se puede llevar a cabo.
Y además de esto se habla de la cerrazón del barrio, por
cuanto por Loma Colmenar no circulan autobuses públicos
urbanos los sábados, domingos, ni días de fiesta, con lo que
salvo en coche propio, o si acaso en taxi, no se puede
salir, en estos días de la propia barriada.
Cogiendo, una a una, las quejas de los vecinos de esta
barriada, nos estamos encontrando con un terreno aislado,
sin orden, fuera de la ley normal y con una clara
restricción de los servicios públicos más necesarios, a
cualquier hora del día.
El órdago que han lanzado, ahí está:” o ellos dan una
solución o se la daremos nosotros”.
Esto, me da la impresión, no es un órdago cualquiera, es la
explosión de la impotencia de unas gentes a las que no dejan
vivir con tranquilidad. Razones, y muy poderosas, tienen
para estas quejas.
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