Así, con estilo y con cariño que
para algo somos vecinos y, en mi caso, mucho más: familia.
Como decimos en Asturias, “¿quién es tu hermano?. ¡El vecino
más cercano!”. Aspecto éste, el de la fraternidad que, ni
españoles ni marroquíes y pese a ciertas contingencias,
deberíamos perder nunca de vista. Digo.
Si el soberano Parlamento marroquí exigió estos días a su
gobierno “revisar las relaciones con España”, petición que
éste parece estar dispuesto a tomar, pues va a ser que sí.
Faltaría más. Primero por respeto al órgano de
representación política de la ciudadanía marroquí, segundo
porque me parece más que justo y, en tercer y último lugar,
porque es de lo más conveniente para limpiar primero y
ajustar después las tradicionalmente borrascosas relaciones
hispano-marroquíes. Vaya. Poniendo naturalmente todita la
baraja encima de la mesa y, como escribí ya hace tiempo, ¡a
jugar “jais”!. Pero sin cartas en la manga, a jugar en serio
y sin “faroles”.
Podíamos empezar por el paso de mercancías marroquíes camino
de Europa en España; con la galopante crisis que tenemos
encima, un gravamen especial sería muy bien visto por la
ciudadanía española ¡y eso son votos “jais”!. Siguiendo por
esos centenares de miles de marroquíes, entrados ilegalmente
en España y que el amigo y presidente Yussef Rodríguez Al
Zapatero tuvo a bien generosamente regularizar; una
imprudencia por mí parte, una más… pero bueno. Claro que lo
que se da se quita. Es decir, esas criaturas están en España
para trabajar y no para manifestarse azuzados por Rabat. ¿Se
imaginan ustedes a los españoles de Marruecos manifestándose
en la calle…?. ¿A que no?. Pues ellos tampoco.
¡reciprocidad!. Y, por supuesto, “chuia chuia” y con las
debidas garantías proceder a “invitar” tranquila pero
firmemente, ley en mano, a los más o menos ciento cincuenta
mil marroquíes emboscados en España y sin papeles de ningún
tipo a volver a su querido país. También podemos revisar la
conexión del gasoducto por el Estrecho. ¿Es necesaria?.
Total, si ya tenemos gracias a Aznar (buena “jugada” esa) la
conexión directa de gas entre Argelia y España, el tramo
marroquí podría llegar a quedar obsoleto. Lo que sí habría
que negociar es el enlace para la red de Ceuta de la
conexión eléctrica entre las dos orillas, no pasa tan lejos,
discurre poco antes de llegar al cabo Malabata. Revisemos
pues nuestras espesas relaciones sacando, como ya bien
indicó el finado rey Hassan II, todo lo que hemos ido
metiendo debajo de la alfombra… Y si Rabat quiere jugar con
la amenaza del terrorismo islamista o dejando pasar a
oleadas de pateras, pues bueno, Rabat verá. A Europa le va a
encantar. Finalmente habría que estudiar si la asociación
preferente con Europa de la que goza el Reino de Marruecos
puede ser viable en la situación actual. Sí, España avaló en
su momento a Marruecos… pero ahora también podría vetarlo.
¿Huelgas en las empresas de capital español en Marruecos….?
Los trabajadores tienen sus derechos, claro que a ver que
causas laborales buscan. En cualquier caso supongo que el
empresariado español, al meterse en Marruecos, debería saber
con quién y cómo se juega los cuartos. Se vuelve a comentar
por lo “bajini” el famoso decreto de “hasanización” de los
años sesenta del siglo pasado… con resultados de “éxito”
para el país como es sabido. Dicho de otra forma: ¿son
jurídicamente seguras las inversiones extranjeras, en
empresas o bienes familiares como la compra de casas en
Marruecos?. Que se lo pregunten a los melillenses estos
días… Revisemos pues las relaciones hispano-marroquíes, a
fondo. El Parlamento y el gobierno de Rabat tienen razón. ¡A
jugar “jais”!. Visto.
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