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OPINIÓN - VIERNES,10 DE DICIEMBRE DE 2010

 

OPINIÓN / EL OASIS

La mentira tiene poco recorrido
 


Manolo De la Torre
manolodelatorre@elpueblodeceuta.com
 

Los analistas de fútbol suelen hablar casi siempre a toro pasado. Qué bien viene aquí semejante expresión adverbial. La frase hecha. Porque es la que mejor define a unos profesionales de la opinión que suelen explicar solamente lo obvio y casi siempre se ponen de parte de los jugadores que tienen más tirón y, por tanto, son los elegidos para hacer anuncios y vender muchas camisetas.

A mí me gustaría creer que los comentaristas son como son porque no saben más y no porque lo más conveniente sea defender a ultranza la titularidad de Fulano que es mucho más mediático que Mengano. De un Mengano, por ejemplo, que es más feo que Picio y no favorece en modo alguno que la caja engorde por derechos publicitarios.

El director del Diario As, Alfredo Relaño, que, por cierto, la tiene tomada con los jugadores poco agraciados físicamente, vio un día a Xabi Alonso y quedó deslumbrado. Se prendó de él. Y a partir de ese momento comenzó a despotricar contra Lass. Otro que también está en la misma línea es Enrique Ortego: periodista de Marca. Los dos periodistas, y analistas reputados de la cosa futbolística, llevan ya mucho tiempo marcando tendencias en nuestro fútbol: los feos, además de ser muy buenos, sólo pueden jugar en el FC Barcelona. Mientras en el Madrid es preferible que tengan los ojos verdes y un físico agraciado, aunque dejen ver a la legua que rinden menos que los otros: es decir, que los carentes de buena estampa.

Si el ser bajito, y de aspecto raro, lleva también el añadido de presentar una piel oscura –no olvidemos que decir negro está muy mal visto ya hasta en Inglaterra-, el jugador en cuestión lo tiene crudo para ser titular del equipo merengue. Verbigracia: Lass. Quien hace dos temporadas se comía el campo.

Jugador de segundo aliento, Lass era capaz de socorrer a todos sus compañeros. Sus ayudas, sus coberturas, su sentido táctico y su enorme poderío físico, al servicio del equipo, hicieron que, durante muchos partidos, el Bernabéu se pusiera en pie para premiar tanta vitalidad y generosa entrega. Y todo ello, aderezado por un buen manejo de balón. Claro que nadie es perfecto. Y los defectos de Lass eran tan corregibles como carentes de importancia en el rendimiento general que ofrecía.

Llegó Pellegrini y admitió con calzador el fichaje de Xabi Alonso. Jugador lento, de morfología poco apta para ser escudo de la defensa e incapaz de jugar con la enorme capacidad de maniobra de Xavi o Iniesta. La razón es sencilla: porque es inferior en todos los aspectos a los jugadores azulgrana. A lo que iba: Pellegrini hizo jugar a Lass en una franja de terreno estrecha. Orillado a la banda de Sergio Ramos. Y con esa decisión errónea para hacerle sitio a XA, y la ayuda de analistas como Ortego y Relaño, pusieron a Lass histérico. Y cortaron de raíz su progresión futbolística. Dada su enorme juventud.

El miércoles, frente al Auxerre, y el domingo anterior contra el Valencia, Lass volvió a reverdecer laureles. Y evidenció que, jugando con y espacios suficientes y misión concreta, hará posible que los madridistas volvamos a disfrutar de otro Makelele; a quien los mismos actores se cargaron en su día. Ahora, cuando Lass está haciendo ver a Mourinho que merece estar en la parcela vital del medio terreno, los analistas, encabezados por Relaño y Ortega, piden que se sacrifique a Khedira. Vaya tropa... Que diría Rajoy.
 

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