Las reacciones sobre la marcha anunciada hacia la frontera
de Melilla que tendrá lugar este sábado sigue levantando
críticas hacia el vecino país por parte de las autoridades
de las dos ciudades autónomas y de las formaciones políticas
de entidad nacional, así como la muy ligera reacción del
Gobierno de la Nación a través del Ministerio de Asuntos
Exteriores que sólo se ha limitado a decir que “estarán
vigilantes y en contacto permanente con las autoridades de
Rabat”.
Continúan las reacciones a la marcha marroquí que este
sábado llegará a las puertas de Melilla, después de que
quedase postpuesta la que se iba a haber producido a las de
Ceuta la pasada semana y que no se realizó por falta de
respuesta en Rabat. Sin embargo, la de este sábado prevista
hasta la frontera melillense está levantando las críticas no
sólo de las autoridades de Ceuta, cuyo presidente Juan Vivas
calificó de provocación las acciones contra la españolidad
de las dos ciudades del norte de Africa y pidió que se acabe
ya esta cascada de ataques, sino que en Melilla también se
producen serias críticas, como la del PP melillense.
La secretaria regional del Partido Popular de Melilla, María
del Carmen Dueñas, ha asegurado que la postura “provocadora
y reiterativa” de Marruecos en relación a las ciudades
autónomas de Ceuta y Melilla “es insultante para los
españoles y demuestran un desconocimiento absoluto de la
historia, Melilla y Ceuta son España, y sus habitantes
españoles, como lo son los de Logroño, Madrid, o Bilbao”.
La número dos de los populares locales ha puesto sobre la
mesa el “lenguaje” que últimamente se está apreciando por
parte de las autoridades marroquíes, con términos que no
corresponden, ha dicho, con los que deben de ser utilizados
por países vecinos sobre los que debe regir el principio de
buena vecindad y respeto mutuo. Sin embargo “lo que resulta
lógico para España, parece que las autoridades marroquíes no
lo entienden así, de ahí las ridículas manifestaciones
contra partidos políticos españoles, o las graves
acusaciones contra España, o las intolerables amenazas
realizadas contra Ceuta y Melilla”.
Y mientras todo esto ocurre, ha dicho, el presidente del
Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero “se dedica a decir
que ‘Always Marruecos’(Siempre Marruecos) , y la titular de
Exteriores, Trinidad Jiménez, se limita a decir que “ve a
Rabat con voluntad de mantener un clima adecuado, pero de
reprobación a las presiones hacia España nada”.
Para la dirigente popular está claro que las autoridades
marroquíes, con actitudes de este tipo, quieren desviar la
atención de sus problemas internos, “que son muchos”, y lo
hacen con acusaciones “carentes de fundamento, poniendo en
el punto de mira una vez a los medios de comunicación
españoles, otra vez a nuestras Fuerzas y Cuerpos de
Seguridad del Estado, y reiterando reclamaciones absurdas,
que saben de sobra que son inciertas, sobre territorios que
son españoles”.
Por último Dueñas ha reiterado su deseo de que Zapatero y el
PSOE, exijan al Gobierno de Marruecos, “desde la firmeza y
en aras al principio de buena vecindad”, que proceda a
retractarse de sus graves acusaciones y amenazas a España, a
Ceuta y Melilla, y “que las deseables relaciones que deben
existir entre países vecinos se produzcan pero siempre desde
la igualdad, el equilibrio y el respeto entre ambos, porque
todo lo que salga de este contexto, sobra”.
Mientras esto sucede, el Ministerio de Asuntos Exteriores y
de Cooperación seguirá “con atención” y en contacto con las
autoridades marroquíes la marcha hacia Melilla convocada
para este sábado por el autodenominado ‘Comité de
Coordinación para la Liberación de Melilla’.
Por su parte, UPyD considera que las últimas maniobras
políticas de Marruecos son un “chantaje” a España. El
coordinador del partido en Ceuta, Julián Domínguez, afirma
que el problema nace de la falta de una postura clara del
Gobierno español con respecto al Sáhara.
“España tiene que decidir y expresar a quien apoya, si a
Marruecos o al Frente Polisario”. Con esta situación, cree
que Marruecos utiliza la presión sobre Ceuta y Melilla como
una medida de “chantaje” para forzar la posición del
Gobierno español. De hecho, recuerda que los últimos
movimientos llegan tras las revueltas en el Sáhara.
Ha pedido al Gobierno español que cuestione ante la UE si en
Marruecos existe una democracia válida y suficiente para que
se justifique su trato preferente.
|