Y eso que habían ganado, y eso que
le habían pitado, a favor, un penalti que era, pero no le
habían pitado, en contra, otro que también era.
Con todo, el lloriqueo este es por naturaleza, cuando
aspiran a todo para ellos, cuando tratan de que nadie se les
cruce en el camino y en el momento en que no sale su
planteamiento, porque no es de ley, o porque el del
adversario es más correcto, llegan las lágrimas, los
llantos, los lamentos o las quejas:” No nos quieren”.
La culpa, siempre, hay que echársela al empedrado y el haber
llegado tarde al Reyno de Navarra – este es el nombre
oficial del campo del Osasuna – se debió, según Guardiola, a
que “tuvo la culpa la policía”.
Este sujeto, dejando de lado su parcela, que es el fútbol,
en lo demás, parece una plañidera, pero buscando con esas
lágrimas todo para él, sin importarle nada lo de los demás.
Y menos mal a que, desde su mismo club, que no parece que
estén muy contentos con ciertos planteamientos del “llorón”,
han llegado a decir:” Podríamos haber hecho las cosas
mejor”, palabras del propio secretario técnico, Zubizarreta.
Y menos mal a que en el Osasuna se negaron a que se
suspendiera el partido, al entender que los catalanes tenían
medios y tiempo, de sobra, para acudir al campo del Osasuna.
¿De no haber llegado se habría atrevido el Comité de
Competición a darle por perdido el encuentro al Barcelona?.
Lo dudo mucho, pero ya ha sido algo el que el “llorón
autonómico catalán” haya tenido que ir, en el día fijado, un
poco retrasado, a jugar un encuentro, por los medios
posibles, no por los medios que él hubiera querido.
Y para terminar con el asunto, la joya principal, la piedra
preciosa salida de la boca del entrenador barcelonista:”Pintamos
poco por ser de un país como Cataluña”.
Si hay expresiones, gestos o formas de comportarse que no
gustan, esta expresión del catalán entrador del Barcelona
produce asco, así como suena.
Y es que jamás oí decir a ningún extremeño, a ningún
castellano-leonés, a ningún asturiano o a ningún andaluz,
que sus comunidades autonómicas son un país, se trata de una
comunidad autonómica, al menos hoy, y punto final.
Todo lo demás son formas de colocarse en el filo
independentista, buscando lo que les interesa aquí y lo suyo
guardándoselo para ellos.
Con todo, se cumplió lo ordenado y si el Santander tuvo que
ir a Málaga en autobús, o el Gijón a Barcelona, de la misma
manera, el Sevilla a Villarreal por el mismo modo, también
le ha venido bien al Barcelona hacer el viaje a Navarra, que
no está demasiado lejos, en tren y autobús. No pasa nada por
eso.
Ya hubieran sido demasiadas ventajas las recibidas por los
azulgranas, porque una semana antes, cuando se medían al
Madrid, no quisieron el sábado, tampoco el domingo, por las
elecciones autonómicas –no nacionales- y se jugó el lunes,
para así haberse recuperado del viaje que habían hecho el
miércoles anterior. Ya era suficiente con eso.
Aquí las cosas fueron diferentes y ahí tuvo mucho que ver,
porque es “perro viejo”, Pachi Izco, presidente del Osasuna,
que se negó a la suspensión del partido, por entender, con
razón, que el Barcelona tenía tiempo y medios suficientes
para llegar a Pamplona, a la hora que era el partido. Cada
uno sabe lo que tiene en su casa.
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