Julián Domínguez, doctor en Medicina Preventiva analiza la
situación de los controladores aéreos que tanto ha dado que
hablar en todos los medios de comunicación en estos últimos
días. El médico expone lo ocurrido desde el punto de vista
del decreto ley del gobierno y la decisión de hacerla
pública el mismo día que comienza uno de los puentes más
importante del año, y por otro lado los factores que han
podido influir en el comportamiento de estos trabajadores.
El doctor Julián Dominguez, médico en el área de prevención
del hospital y con una tesis doctoral en ‘Síndrome de
Bournout’, reflexiona sobre lo ocurrido con los
controladores aéreos, que tanto se ha hablado en estos días
en los medios de comunicación.
Tras un análisis de los antecedentes del conflicto, como el
por qué se ha dado esa situación de crisis y la decisión
tomada el gobierno, Domínguez concluye en unos componentes
psicosociales y económicos que han podido afectar a estos
laborales.
La situación en la que se han encontrado estos trabajadores,
“la ha podido sufrir cualquier persona de otro gremio como
puede ser el periodístico o el sanitario, por poner un
ejemplo”, exponía el doctor.
El problema vino cuando a estos controladores le pasan la
jornada laboral de 1.200 horas a 1.670 a sabiendas de que el
trabajo en sí es bastante estresante, “pero hay que tener en
cuenta también que el sueldo de estos es de 60.000 euros
brutos”. “Claro estos piensan que les suben las horas, pero
que el beneficio económico sigue siendo el mismo”. En este
sentido Domínguez advertía que el sueldo ha bajado en todos
los sectores.
El dilema empezó cuando ni el gobierno ni AENA, ni los
trabajadores han sido capaces de formar un número suficiente
de controladores aéreos que pudieran sustituir a éstos en un
momento determinado.
El sindicato de éstos pidieron garantías para estos
controladores, con “todo el derecho del mundo”, relata el
médico.
En cuanto al gobierno, Domínguez, piensa que no debió
decidir sacar el decreto justo el día antes del comienzo del
puente, “ha sido un desacierto horrible, que el 13 de
diciembre sacase el decreto ley “en la que existe una
disposición adicional que enmarca la reforma del horario
laboral de los controladores con un horario de 1.670 horas
más 80 extraordinarias”, esto es una reiteración de una
norma anterior que registraba esta modificación. “Pero les
añade una cuestión muy importante y es que estos
trabajadores, en resumidas cuenta cuando vayan a pedir una
baja, tienen que ir a un médico a parte del suyo para que
determine si es procedente la baja por el motivo que sea”.
En conclusión es que el empresario no se fía del trabajador,
“porque es cierto que en ocasiones no ha sido verdaderas
ciertas patologías que alegan tener”, detalla el doctor.
Existen unos factores de riesgo psicosociales que se centran
en el estrés laboral, unos basados en conflictos
interpersonales, es decir entre empresario y trabajadores;
por otra parte el síndrome de Bournout, o por un acoso
laboral, o trastorno adaptativo.
Domínguez considera que ese trastorno adaptativo es lo que
les está ocurriendo a los controladores aéreos, por el hecho
del aumento de horas y el que se mantenga el mismo sueldo.
Además no descarta que estén sufriendo el síndrome de
Bournout, o lo que es lo mismo, un desgaste laboral, por las
situaciones de estrés en el que están sometidos estos. Pero
Domínguez lanza una pregunta al aire y dice: “¿Realmente
todos los controladores han pasado una revisión médica que
reflejase si reunían las condiciones psicofísicas para
cumplir estas funciones?”.
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