En Marruecos, muchos ciudadanos
sin orejeras empiezan a preguntarse bastantes cosas. Entre
los interrogantes, ¿quién se está beneficiando, realmente,
de las subvenciones estatales y de las riquezas del Sáhara,
las “sagradas” Provincias del Sur”...?. No precisamente el
emigrante marroquí ni el saharaoui autóctono... Por otro
lado, ¿cómo se ha llegado a esta situación, veinte mil
personas acampadas exigiendo sus derechos...?. En las
propias instituciones se está haciendo autocrítica: así, el
comando regional de la Gendarmería Real sufrió una profunda
auditoria el pasado 21 de noviembre que llegó a cuestionar
su operatividad antes y durante el violento desmantelamiento
del campamento de Agdim Izik. Más aun: empieza a haber
consenso en atribuir las raíces del problema a la pésima y
oportunista gestión de las autoridades municipales de El
Aaiún. ¿Estará alguien, dentro de Marruecos, segándole las
hierbas bajo los pies al joven soberano Mohamed VI..? Es una
impresión... y no solo mía. Otra consecuencia del desastre
sahariano podría ser la “recuperación” del veterano general
Hamido Laânigri, actualmente relegado al frente de las
Fuerzas Auxiliares.
“Excusatio non petita, acusatio manifiesta”. ¿No es verdad
Laila Trinidad Jiménez...? Lo digo por aquello de que la
postura del gobierno español con Marruecos “no se debe a
planteamientos económicos”. Ya te rondaré morena. Tirando
del historial, a 31 de diciembre de 1998 la deuda de
Marruecos con España ascendía a 88.856 millones de pesetas.
¿Y ahora...? España es el segundo inversor en Marruecos... y
choca de frente con Francia.
Veremos que pasa finalmente hoy en la frontera de El Tarajal.
No creo que, al final y con la prudencia de que siempre
hacen gala, las autoridades marroquíes de “Bab Sebta”
permitan a las airadas “juventudes” superar la primera valla
de acceso, junto a la explanada de taxis. Tácticamente, la
antrada a la frontera de Ceuta es muy diferente de la de
Melilla, más vulnerable ésta última. Y es precisamente en
Melilla donde las cosas se pueden poner más calientes, como
viene advirtiendo el ubicuo y polémico Yahya Yahya, alcalde
de la localidad fronteriza de Beni Anzar. Ya les contaré.
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