Es lo que parece que sigue
sucediendo en lo que fue, en su día, la plantilla de la
naviera de Buquebús.
No debemos equivocarnos con lo de las plantillas en las
navieras y, ya ha habido más de un ejemplo, porque llegan a
la línea del Estrecho, ven lo que hay y tras los primeros
meses, analizando el verdadero movimiento, luego ya se
quedan con aquello que, de verdad, necesitan pero en grado
mínimo.
En su momento les tocó, a más de uno, de Isnasa, que supo
aprovechar los momentos de mucho tráfico y, posteriormente,
ya vimos como quedó todo, con barcos incluso amarrados en el
puerto de Algeciras, durante algún tiempo.
Más tarde apareció Buquebús y, no debemos volver la espalda
a la realidad, su llegada “animó” bastante la línea
Ceuta-Algeciras o Algeciras-Ceuta, porque en sus momentos
iniciales hacía lo que las demás no se habían planteado
nunca, ser puntuales.
Y como tuvieron la buena vista de meter en la línea un
barco, que entonces era de lo mejor de la ruta: el Catalonia.
La cuestión de la puntualidad no fue algo que se dejara de
hacer, todo hay que decirlo, pero el Catalonia desapareció
de su línea y lo que vino a reemplazarlo no era lo mejor
para el Estrecho.
Luego llegaron los tiempos de “vacas flacas” y en cuanto
pudieron se quitaron de en medio, con la “venta” o lo que
sea, a Balearia que, poco a poco, ha ido acoplando “ a su
manera” a aquellos trabajadores de Buquebús, en otras rutas
que no son la de Ceuta-Algeciras y que, con ello, va
reduciéndose aquella plantilla.
La situación, también en las navieras, está a tono con otras
parcelas laborales, en nuestros días, y los despidos, como
si de fábricas de automóviles o de empresas de la
construcción se tratara, también van menudeando, poco a
poco.
Lo último, en este sentido, que veíamos, el pasado
miércoles, en nuestra edición de ese día, era que el día
antes Balearia había despedido a ocho trabajadores, de los
que cinco son de Ceuta y la procedencia de estos
trabajadores era Buquebús.
Los sindicatos, claro está, aunque sea por vender imagen, se
empiezan a mover y UGT-transporte ya anuncia movilizaciones
al considerar que se ha dado lo que ellos llaman un nuevo
“zarpazo”, en muy poco tiempo, y que al sindicato no se le
escapa que puede ser el “penúltimo”, porque ya anuncian que
prevén otro no tardando mucho.
Balearia, que tiene una historia y una trayectoria, más que
conocida, en otras rutas, se acopló, no sé si consciente o
inconscientemente, con Buquebús y como las cosas están como
están, en todos los ámbitos de la economía, tiene que hacer
mil equilibrios para poderse mantener en su propia línea,
con lo que quienes más van a pagar estas situaciones son
aquellos empleados que llegaron de Buquebús y de los que,
ahora mismo, quedan menos del 25% de los que entraron en
esta compañía tras la “compra” de Buquebús por Balearia.
El argumento para los despidos, naturalmente, “razones
económicas”. Todo esto trae, luego, de una manera colateral
las críticas a una empresa, a la que tildan de
presidencialista, en la que se hace lo que manda su
presidente, sin consultar con nadie.
Ahí, ni entraré, ni creo que sea competencia de nadie, ni de
los sindicatos, establecer las normas de una compañía, en lo
que sí hay que entrar es en si los despidos son procedentes,
en si los problemas económicos son ciertos o en si los
despidos vienen motivados por proceder ciertos trabajadores,
de donde procedían.
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