Bueno, la banca, para ser exactos
el emblemático Banco de España. No se me asusten del todo,
al menos por ahora… Claro que para nuestros vecinos, siempre
ojo avizor, por algo se empieza… Y para ellos esto es un
gesto, uno más, que indicaría que “chuia chuia” el gobierno
del buen amigo Yussef Rodríguez Al Zapatero ha decidido ir
“desconectando” a Ceuta y Melilla del resto de España, a fin
de ir creando las condiciones objetivas que impulsen un
estatuto final de cosoberanía... Con su imaginativo espíritu
alegórico y simbolista no es descabellado pensar la lectura
que muchos harán en Rabat, pues el Banco de España es ni más
ni menos que el símbolo del Tesoro de la Nación, su fuerza
intrínseca máxime en un conflicto pues, como advertía
Napoleón, para llevar adelante una guerra hacen falta tres
cosas: dinero, dinero y dinero. Salvo la campaña de
1859-1860, la guerra grande de la paz chica, desde comienzos
del pasado siglo XX la vanguardia de nuestro ejército en los
campos de batalla marroquíes… era el Banco de España. El “flus”,
el dinero, era el nervio de nuestra penetración: con él se
pacificaban cabilas y se compraban las voluntades de los
“moros de paz”. Todavía hoy, el dinero de España travestido
en cooperación internacional fertiliza la cosecha de las
enrevesadas relaciones bilaterales con el Reino de
Marruecos. Vaya.
Pero si el Banco de España se va de estas tierras… la
artillería viene y con tronante paso marcial. Ya se lo
comentaba ayer: aunque llueva mucho… siempre escampa. Digo.
Y el fin de la borrasca empieza a coincidir con el
recientísimo desembarco de las nuevas piezas semipropulsadas
del 155/49, que con una cadencia de tiro de diez disparos
por minuto pueden batir objetivos situados a cuarenta
kilómetros de distancia. Invito al interesado lector a
trazar en un mapa el radio de acción de estas modernas
baterías que, bajo licencia de General Dinamics, han sido
construidas en la histórica fábrica de armas de Trubia, en
las cercanías de Oviedo. Un orgullo, como español de
Asturias, que estas baterías procedentes de la entrañable
tierrina asienten sus poderosos reales en Ceuta. La
prima-hermana Melilla recibirá otras tantas piezas, ocho,
mientras que las Canarias serán generosamente dotadas con
dieciocho unidades. Estas baterías, con tiro autónomo cada
una, sustituirán a las obsoletas piezas del 155/22 (de tres
tiros por minuto) procedentes de la ayuda americana y que
iban a ser cedidas a Marruecos ¡a 1 euro la pieza!, pero el
guiso de perejil con viento de levante no les sentó bien por
lo que serán desmanteladas.
De todos modos, en un eventual conflicto la defensa final de
Ceuta recaería en la notoria superioridad aérea española,
aunque una guerra no pasa de ser hoy una hipótesis de
trabajo (improbable pero no imposible) porque en último caso
de tomar alguna decisión al respecto el joven soberano alauí,
Mohamed VI, optaría por la estrategia de papá, un sucedáneo
de sabor sahariano que, en cierto modo, ya se va ensayando.
En ese contexto de calentar motores, preparar maniobras y
calibrar la reacción española son los últimos movimientos en
esta dirección: si la intensa lluvia de estos días abortó la
concentración del miércoles, para el sábado día 4 se está
organizando desde Rabat una ”marcha de liberación” para
reclamar “el fin de la colonización en Ceuta, Melilla, las
islas Chafarinas y otros territorios ocupados”. A este
conato de “marcha verde” hasta la frontera de El Tarajal
asistirán las juventudes de varios partidos políticos (con
el ultraderechista Istiqlal en primer término), asociaciones
de scouts (“siempre listos”) y entidades educativas y de la
infancia como la organización Talaieh. Muy edificante.
Visto.
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