El pasado martes, por razones que
no vienen al caso, tuve que ir al Hospital Universitario.
Debido a la urgencia del asunto, pues se me hacía tarde,
tuve que tomar un taxi para desplazarme hasta allí.
Por culpa del asunto de tenerse que ponerse el cinturón, y
la distancia que teníamos que recorrer, el taxista y yo nos
pusimos a charlar de varios problemas que nos afectan a
todos los españoles. Salio entre ellos, no podía faltar, la
difícil situación que estamos viviendo gracias a la crisis
que nos trae a todos con menos dinero en nuestros bolsillos
que uno que se estás duchando.
Y como no podía faltar salio a relucir el tema del tabaco y
los fumadores que, a partir del próximo día uno de enero,
vamos a tener grandes dificultades para poder echar humo al
aire.
Él que alegó no fumar, no veía con buenos ojos es
prohibición, pues pensaba que esto nos llevaría a perdidas
de puestos de trabajo, lo que daría lugar al aumento del
paro, con lo difícil que está hoy día encontrar un puesto de
trabajo.
El hombre alegaba en su monologo, pues le deje que hablara
sin interrumpirle, que ya que habían decidido prohibir
fumar, lo mejor que se podía hacer era prohibir la venta de
tabaco en España. Y se contestaba diciendo, que eso no le
interesa al Gobierno porque dejaría de recaudar miles de
millones de euros que le reporta la venta del mismo.
Estoy, totalmente, de acuerdo con su opinión. Mire, desde mí
punto de vista, sería mucho mejor que prohibir, establecer
unas normas para que en algunos establecimientos se pudiese
fumar y en otros esta prohibido hacerlo, dejando a libre
elección de los propietarios de los establecimientos la
decisión a tomar.
Los fumadores, sin lugar a duda alguna, acudirían a los
establecimientos, donde después de tomarse un café o una
copa, charlando con los amigo pudiesen fumarse un cigarro
sin que nadie se lo prohíba. Y aquellas personas que no sean
fumadores, pues acudir, sin necesidad de tener que tragarse
el humo a los locales habilitados para ello. Y todos felices
y contentos.
Además, con esta norma, se evitaría que muchos empleados
fuesen despedidos, con todo lo que ello conlleva, añadido a
la dificultad de encontrar un puesto de trabajo, tal y como
está la situación en los momentos actuales, donde es más
fácil que le toque a uno la primitiva que encontrar un
puesto de trabajo.
Sin contar con el enorme desembolso que han realizado los
grandes restaurantes habilitando salas para fumadores, y que
ahora no les vale para nada, sin que nadie venga a darle el
dinero que invirtieron en ello.
Pues, si señor, sería una buena idea esa que está usted
diciendo. Pero con esto pasa como con los chiringuitos de
las playas. ¿Usted cree qué es razonable qué se tiren los
chiringuitos a lo que viene el turismo extranjero y nacional
los veranos, a comerse sus sardinas al espeto o tomarse sus
tintos de verano o sus cervezas?.
Otra cosa que va a llevar a aumentar el paro pues, sin
discusión alguna, a menos mesas que atender, menos personal
que hace falta. ¿Usted entiende esto?.
No, amigo, no lo entiendo. Hay tantas cosas que ya no
entiendo.
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