Raro iba a resultar que dentro de los 250.000 documentos
revelados por ‘wikileaks’ en distintos rotativos
occidentales, entre ellos en ‘El País’, no se rescatara
alguna circunstancia relacionada con Ceuta. No se ha hallado
nada, aún, sobre el episodio de Perejil, pero sí se ha
encontrado el cable enviado desde la embajada de Estados
Unidos en Madrid tras la decisión del Tribunal Supremo
español de dejar en libertad a Hamed Abderrahaman, preso en
Guantánamo y entregado a las autoridades españolas después
de ser detenido en Afganistán y estar acusado, en su día, de
pertenecer a Al Qaeda.
Aunque no sentó bien en Estados Unidos la puesta en libertad
del ceutí Hamed Abderrahman, ‘H’mido’, el ‘Talibán español’
recluido en Guantánamo tras su detención por las fuerzas
pakistaníes y entregadas a los estadounidenses durante la
intervención en Afganistán, el embajador de Estados Unidos
en Madrid, Eduardo Aguirre envió un completo informe en el
que analizaba todo lo acontecido desde la entrega a España
del recluso. Así lo desvela ‘El País’ en uno de los cables
que mantuvo la embajada estadounidense y que han sido
revelados por ‘Wikileaks’.
En este análisis, el embajador en Madrid, indica que debe
proseguirse la estrecha colaboración con la Policía Nacional
española y con el poder judicial. La primera por la
experiencia acumulada durante tres décadas de lucha
antiterrorista (ETA) y su conocimiento sobre células
terroristas, y la segunda por la independencia ganada a
pulso desde la era Franco.
El Informe
El cable enviado desde Madrid el 28 de julio de 2006 es
extenso:
“Según los documentos de la sentencia de la Audiencia
Nacional, Abderrahaman estableció contactos con elementos de
Al-Qaeda en el enclave Español de Ceuta en agosto de 2001 y
viajó a Afganistán por motivos religiosos y de entrenamiento
militar en Kandahar.
Cuando Estados Unidos invadió Afganistán a raíz del 11 de
septiembre , Abderrahaman huyó a Pakistán, donde al parecer
fue capturado por el ejército pakistaní, que lo entregó a
las fuerzas estadounidenses.
Abderrahaman fue transferido a Guantánamo, donde permaneció
hasta que fue entregado a las autoridades españolas en
febrero de 2004, en respuesta a una solicitud por el juez
Baltasar Garzón, quien quería investigar a Abderrahaman en
relación con el juicio sobre una célula de Al Qaeda liderada
por Barakat Yarkas. Bajo los términos de esa transferencia,
las autoridades españolas acordaron: Estar dispuestos a
detener, investigar y perseguir Abderrahaman; Compartir con
las autoridades estadounidenses cualquier información
desarrollada durante la investigación; Proporcionar aviso
razonable de cualquier decisión de liberación o el traslado
Abderrahaman; vigilancia de Abderrahaman tras su liberación,
y compartir toda la información pertinente con Estados
Unidos; y proveer a los funcionarios estadounidenses acceso
a Abderrahaman si es necesario.
El juez Garzón liberó a Abderrahaman bajo fianza en julio de
2004 por no valer como prueba los interrogatorios de la
policía mientras estaba detenido en Guantánamo. Sin embargo,
la Policía Nacional vinculaba a Abderrahaman con Barakat
Yarkas por declaraciones de éste tras su liberación de
Guantánamo.
A principios de 2005 una evalucación compartida por la
Policía española con los servicios de seguridad
estadounidenses concluyó que Abderrahaman tuvo una “madurez
mental de 12 años”, fue “ingénuo” y no parecía comprender la
gravedad de su detención en Guantánamo siendo su intención
luchar con los chechenos y matar rusos, según se aportó a
los Fiscales y a la Audiencia Nacional.
El fiscal general del Estado, Eduardo Fungairiño rechazó la
decisión del Tribunal Supremo por “fácil y populista”. Si
bien reconoció errores por parte de la Fiscalía en la
Audiencia Nacional en el caso (y los problemas jurídicos
generados por las circunstancias en Guantánamo), en su
opinión, el Tribunal Supremo ignoró las evidencias sobre
Abderrahaman con su entrenamiento terrorista en Pakistán y
Afganistán, actividades que son claramente criminales en la
legislación Española”.
Análisis del embajador
Tras el informe -sólo se ha reproducido una parte- el
embajador de Estados Unidos en Madrid realizó este análisis:
“La legislación contra el terrorismo fue diseñada durante
más de tres décadas de lucha contra ETA, con una estructura
definida, con doctrina y modus operandi. Policías, fiscales
y jueces trabajan con células mucho más amorfas como la de
los extremistas islamistas y han luchado por satisfacer el
alto umbral fijado por el Tribunal Supremo español (...)
Claramente en el caso de Abderrahaman el TS fue también
dispuesto a utilizar este caso como una plataforma para
criticar Guantánamo. Si bien este sentimiento no ha influido
en la Policía española para reducir su estrecha colaboración
con los Estados Unidos en la lucha contra el terrorismo.
Debemos tener mayor cooperación judicial con España en casos
de terrorismo. La Justicia española guarda cuidadosamente su
independencia (un logro importante del post franquismo) y no
ha de tomar decisiones que afecten a los objetivos del
Gobierno español”.
El diario ‘El País’ ofrece los secretos, revelados por ‘Wikileaks’,
de la diplomacia estadounidense en relación a los asuntos
que se cableaban desde las embajadas de los países
considerados aliados o amigos.
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