No es que sea extraño, porque no es la primera vez que esto
sucede, lo que sí es extraño es que un equipo como el Ceuta
no sea capaz de hacerle dos ocasiones de gol a un Estepona,
que todas sus ilusiones son las de quedarse en la categoría,
al final de temporada, y que, al final, en tan sólo dos
minutos, cuando ya no hay tiempo para enmendar la plana, te
hagan morder la hierba y se queden con los puntos,
merecidamente, si tenemos en cuenta lo que hubo sobre el
terreno de juego, a lo largo de los noventa minutos.
Una hora con un jugador más
Y no es que creamos que se juega mejor con diez que con once
hombres, es que con la actitud que jugó el Ceuta, aunque los
de Estepona hubieran jugado con nueve, o con ocho,
igualmente hubieran ganado este partido.
Cuando en el minuto 31 de la primera parte, el jugador
Xavier Burgueña fue expulsado, parecía que todo quedaba
sentenciado a favor del Ceuta. Nos equivocamos, de pleno,
porque ese fue el principal acicate para que el equipo de
Estepona jugara como nunca y el Ceuta no llegara a entrar en
el partido, en los noventa minutos de juego.
Dos goles en dos minutos
Parecía que unos y otros se conformaban con el empate, los
locales porque no habían sido capaces de marcar en las
varias ocasiones que tuvieron y que no querían arriesgarse a
perder en el último instante.
Por su parte, el Ceuta al haberse quedado en el minuto 85,
también, con diez jugadores sobre el terreno de juego,
parecía que quería ajustar sus líneas y, al menos, quedarse
con ese punto.
Sin embargo, todo fue un sueño y en una jugada tonta, por el
centro, Mansilla se hace un lío y el local Pedro lleva el
balón a las mallas de Nauzet. Era en 1-0 en el minuto 88.
No se había repuesto el Ceuta de ese mazazo, cuando Alex
Arias lleva a las redes el 2-0, entrando por su banda
izquierda. Era el minuto 90. No había nada más que hacer.
La expulsión de Sandro
Si en el Estepona la expulsión de Xavier Burgueña dio alas
al equipo, para no dejarse doblegar, no pasó lo mismo con la
expulsión del ceutí Sandro, que vio dos cartulinas
amarillas, en tan sólo diez minutos.
Poca atención puso el Ceuta, tras la pérdida de Sandro y,
además, fueron lentos de reflejos, hasta el punto de no ser
capaces de frenar el peligro, primero por el centro y luego
por su derecha.
Así, con el mismo número de contendientes sobre el campo,
llegó el 2-0, dos goles que serían definitivos.
Sin ocasiones de gol
Pocas veces veremos un encuentro del Ceuta en el que creen
menos ocasiones de gol que en éste, tanto en la primera,
como en la segunda mitad.
Y esto nos empieza a preocupar, porque esa ordenación y
entrega que venía demostrando el equipo, desde hace dos
semanas, se ha perdido y hay jugadores que o no pueden, o no
saben, o no quieren hacer más.
Mirando, minuto a minuto, todo el partido, no encontramos en
toda la primera parte, ni una ocasión clara de gol.
En el segundo tiempo, en el minuto 12 a pase de Modeste,
Javi Navarro no fue capaz de aprovechar un balón que le
llegó en buena posición, y un minuto más tarde una buena
intervención del meta local Efrén conjuró el peligro que
estaba creando el Ceuta.
Todo lo demás, si acaso, fueron fuegos artificiales.
Cuatro ocasiones del Estepona
En el bando local, además de los goles logrados, en los
instantes finales, hubo otras ocasiones tan claras o más que
éstas: así en el minuto 31 de partido, Mansilla sacó un
balón de debajo del marco, que se colaba ya; en el minuto 44
se anuló un gol al Estepona por un “presunto” fuera de
juego, con lo que quedó en peligro la jugada, sólo eso.
Y en el segundo tiempo los dos tantos que llegaron, de
verdad, a la red, tras los cuales el árbitro indicó el final
del encuentro.
Demasiado poco para un equipo con serias aspiraciones, como
es el Ceuta, ante un conjunto que aspira, tan sólo, a no
pasar demasiados apuros para mantener la categoría.
El Estepona “como una moto”
Así jugó todo el encuentro, sabiendo a donde iba, conociendo
los puntos débiles del Ceuta, cerrando los posibles huecos y
no dejando que los ceutíes se sintieran cómodos.
No me cabe duda de que este partido para el Estepona era
algo especial, lo que no se puede comprender es que ante
equipos fuertes se lo jueguen todo “a una carta” o “ a cara
de perro” y luego, en su liga, con otros más flojos den la
verdadera imagen suya, la de un equipo de la parte baja de
la clasificación.
Y esto no es casualidad, lo que hace falta es que el Ceuta
no haya salido de aquí con la idea de todo perdido, porque
el pasado año, contra pronóstico, también ganó el Estepona y
dejó al Ceuta en la ruta de los malos resultados.
Yo espero y deseo que lo malo haya quedado ya ahí, de lo
contrario tendrá que haber algo más, especialmente, en
aquellos que , a su debido tiempo, no meten la pierna como
debieran.
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