El Centro Asesor de la Mujer cerró ayer su programa de
actividades destinado a la eliminación de la violencia con
un curso sobre la intervención con menores expuestos a los
malos tratos y que se encargó de inaugurar la experta Marisa
Rebolledo, quien explicó que el “aislamiento y la tristeza”
pueden ser indicadores de este problema en los niños.
“No hay un signo concreto sino una batería de
sintomatologías claras como el aislamiento, la tristeza, la
falta de sueño o el miedo”. Así de claro explicó ayer la
experta Marisa Rebolledo, cómo se puede detectar que un niño
ha sido testigo e incluso víctima directa de los malos
tratos en la apertura del curso ‘Intervención con menores
expuestos a la violencia de género’. Un acción formativa
organizada por el Centro Asesor de la Mujer (CAM) y que
clausura el programa de actividades llevado a cabo con
motivo del Día Internacional para la eliminación de la
violencia sobre la mujer, el pasado día 25.
Hasta el pasado 2 de noviembre, un total de 8 menores
fallecieron como causa de la violencia machista mientras que
otros 58 quedaban huérfanos, con graves daños físicos y
psicológicos. De ahí la importancia de “formar a los
profesionales con las herramientas necesarias para la
detección e intervención, sobretodo, en el ámbito educativo
para evitar que los niños reproduzcan las conductas de los
agresores y las niñas no se sometan”, argumentó Rebolledo en
el aula del CAM.
Una vez que profesores, expertos, técnicos o psicólogos han
detectado que un menor ha podido sufrir las consecuencias
indirectas de esta lacra social, “se debe indagar a través
de una entrevista a la madre para ver si se han producido
malos tratos en el ámbito familiar”, puntualizó la experta
para cerrar la primera sesión del curso.
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