Ahora que está tan de moda los daños producidos por el ruido
en nuestra ciudad, debemos conocer qué es en sí el ruido y
cómo podemos medir su nocividad.
El ruido es un contaminante físico que puede estar presente
en nuestro entorno laboral. Según la normativa actual, el
límite equivalente diario está en 80 dBA y superarlo puede
llegar a causar enfermedades graves. Existen dos métodos
para medir el ruido, la Sonometría y la Dosimetría. ¿Pero
cuál es la diferencia entre ellos?
La Sonometría es la versión corta de la medición.
Normalmente se toman varias muestras directamente de cada
puesto de trabajo en un tiempo de no más de 15 segundos cada
una. De todo lo que se haya apuntado, se hará una media
aritmética. Hay que tener en cuenta que debemos apuntar dos
tipos de valores: el Nivel de presión acústica continuo
equivalente ponderado (Laeq,T) y el Nivel Pico (Lpico, valor
máximo).
La Dosimetría vendría a ser la versión larga, para comprobar
las variaciones a lo largo de un tiempo determinado (un día
o una semana). Si el ruido está presente a lo largo de toda
la jornada laboral (digamos 8 horas al día), deberá
realizarse una medición completa (8 horas). El tiempo de
medición podría ser inferior, siempre y cuando esté
debidamente justificado y se apunte el tiempo exacto del
muestreo. El valor que se usa es el Nivel de presión
acústica ponderado (LpA).
Tal y como indica su nombre, la Dosimetría sirve para
valorar una Dosis, la cual siempre es el resultado de la
cantidad (Nivel de Ruido) por el tiempo de exposición.
Las organizaciones sindicales deben velar por el
cumplimiento de esta normativa para que no merme la salud de
los trabajadores en sus respectivos centros de trabajo, por
eso me pregunto por qué Comisiones Obreras fomenta todos los
días una tamborada frente a las oficinas del Ayuntamiento
donde sus trabajadores durante el espacio de media hora
sufren los efectos de la misma.
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