Es lo que ha habido, desde que
terminó el partido del Real Madrid, en Amsterdan, frente al
Ajax, y no porque se hayan comentado las buenas jugadas o
los grandes goles, el de Benzema especialmente, marcados por
el Madrid. Eso parece que no interesaba, o es que es tema
políticamente incorrecto, mientras que interesaba más a los
tertulianos de radio y televisión, las dos tarjetas que se
auto mostraron, tanto Alonso, como Ramos.
Poca imaginación y menos conocimientos de lo que es el
fútbol, debe haber en muchos de los tertulianos y en los
presentadores de programas, para quedarse, única y
solamente, con eso, tras un grandísimo partido.
Y no digo que no haya que comentar, especialmente, la
“gilipollez” de Ramos, cuando acababa de ver su compañero
Alonso una cartulina, por lo mismo que él, como una cabra
loca, iba a hacer.
Eso hay que comentarlo, pero estar cuatro días, en todos los
programas, radio y televisión, especialmente, con esa misma
canción, hace que uno tuviera que cambiar el dial para no
seguir viendo u oyendo un tema que ya empezaba a sonar a
acoso.
No tratamos de matar al mensajero, tratamos de valorar lo
poco que se aprecia lo que vale, de verdad, y lo mucho que
nos estamos acostumbrando a “matar moscas a cañonazos” por
no saber mirar, nada más que, de frente, sin volver la vista
hacia la izquierda o hacia la derecha.
Y en el fondo, eso no lo debemos olvidar, está el que lo
“políticamente correcto”, especialmente en días pasados, era
valorar y super valorar todo lo que parte de Cataluña ( hoy
día de elecciones), donde la hipocresía en forma de
“aparente” seriedad y formalidad, puede dejar con dos palmos
de narices a más de un “cuenta cuentos”, nada más que se le
tuerzan las cosas a quien ganó casi todo, durante las dos
pasadas temporadas.
Mala cosa es no medir por el mismo rasero lo bueno o malo de
unos, con lo malo o lo bueno de otros, y es que ahora, como
si fuera un eco, con el disco cambiado, se valora todo lo de
allá arriba y vuelven las “chorradas” sobre el equipo del
régimen de los años 50, 60 o 70, como si en aquellos años
esos mártires plañideros no hubieran ganado lo que tenían
que ganar.
Estamos en la misma temática de la política barata, aplicada
al fútbol, de las dos Españas, representadas por el Madrid y
el Barcelona hoy.
No quiero ni pensar lo que se escribirá, por allá arriba,
especialmente, si en el partido de mañana perdieran los
catalanes, con un gol sospechoso de fuera de juego y marcado
por Cristiano Ronaldo. Los aspersores se volverían a
“desatar” y de rebote el verdadero chaparrón, que le va a
caer a Montilla, podría haber encontrado el paraguas idóneo
para hablar de centralismo, de la derecha, y así enmascarar
el desastre del tripartito en tierras catalanas.
No quería hablar hoy de política, pero no hacerlo, estando
como “estamos” en día de elecciones, en la Comunidad
Autonómica de Cataluña, habría sido ir con el paso cambiado
y haber caído en lo mismo, pero al revés, que aquellos que
nos obsequiaron con mucho “rollo” de dos tarjetas, sin
valorar ni una sola jugada de un gran partido.
Si la prensa empieza a mirarse el ombligo y no sale de su
terreno, es que las cosas, también en esto, andan poco bien.
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