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OPINIÓN - DOMINGO, 28 DE NOVIEMBRE DE 2010

 

OPINIÓN / MIS COSAS

Mis cosas
 


ADE
ade
@elpueblodeceuta.com
 

Hay cosas que n entiendo y, por supuesto, por más esfuerzo que hago para entenderlas, no hay forma que me entren en mí cabeza por razonamientos lógicos.

Una de las cosas que no hay forma que la entienda, por más esfuerzos que hago, es esa enorme protección que tienen los delincuentes menores de edad, algunos de ellos auténticos asesinos.

Estos individuos, menores de edad, por no tener la mayoría de la misma gozan de unos enormes privilegios a la hora de delinquir e incluso de asesinar, por le simple hecho de ser menores de edad. ¿Ustedes entienden el por qué tienen esos privilegios?. Yo no lo entiendo quizás porque mí cerebro, por esos razonamientos lógicos a los que está sometido, no lo acepta. Cada cerebro es libre de aceptar o no aceptar ciertas circunstancias que se le presenten a lo largo de la vida.

No hace muchos días, uno de los presuntos asesinos de Marta del Castillo, fue detenido por la policía cuando se encontraba disfrutando de un permiso, manda…, en un coche acompañado de sus padres, en una autopista camino de Sevilla donde tiene prohibida por orden judicial la entrada.

Y uno se pregunta permiso por qué se le da a este delincuente, presunto asesino de una chica joven. Y, seguramente, alguno de los entendidos en la materia, me contestaría que se les da por que así lo dispone la ley del menor, aunque este individuo sea un asesino. Como soy un amante de la ley, aunque no esté de acuerdo con esa ley, si la ley lo dice punto en boca.

Qué deben sentir los padres de una chica o chico asesinado, cuándo vean pasar por delante de ellos al asesino o asesinos de su hijo o de su hija. Valor, más que acreditado hay que tener, para no cometer una locura.

En los EE. UU, unos sicólogos examinan a estos menores delincuentes o asesinos, y si encuentran que su edad corresponde a más año que los que refleja su DNI, se le juzga como a un adulto. Por qué no hacemos aquí lo mismo.

Igual deberíamos cambiar esa ley de menor, y cuando algunos de ellos cometan un asesinato, enviarlos a un centro de esos llamados de acogida de delincuentes menores de edad, para una vez llegado a la mayoría de edad, juzgarlos por ese asesinato.

Supongamos que un individuo de esos asesinos menores de edad está en ese centro de acogida durante dos años, y al cumplir la mayoría de edad los juzgamos por el crimen cometido, saliéndole una condena de doce años. Como ya ha cumplido en el centro dos años, lo ingresamos en prisión para que cumpla el resto de la condena o sea diez años.

Igual, aplicando esta fórmula nos podríamos ahorrar mucho de esos asesinatos o no asesinatos cometidos por los menores de edad, que saben que acogiéndose a esa minoría de edad no van estar mucho tiempo encerrados en un centro de acogida.

Pero si saben que, cuado terminen el periodo de internamiento en el centro de menores, se sentarán en el banquillo para ser juzgado como mayores de edad por una asesinato, a lo mejor la cosa cambiaría mucho. ¿O no?
 

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