Sergio José Toribio, enfermero del servicio de quirófano,
está llevando a cabo un estudio con el que pretende obtener
unas diferencias reales entre la Povidona yodada y la
Clorhexidina para que en un futuro, tanto profesionales
sanitarios, como pacientes dispongan de mejores resultados
en la cura de las heridas. La muestra se ha obtenido a
través de 300 pacientes a los que se les informó de lo que
se pretendía hacer y se les comunicaba que sería totalmente
anónimo, voluntario y que no les produciría ningún problema
a su salud. El proyecto se encuentra precisamente en fase de
recopilación de datos, una vez aceptada la solicitud por la
Comisión de Docencia, Investigación y Formación Continuada
del Ingesa.
Pregunta.- ¿Cómo surge la idea de desarrollar un estudio
comparativo sobre Betadine (Povidona yodada) y la
Clorhexidina (conocido entre otros nombres como Cristalmina)?
Respuesta.- El estudio surge raíz de la curiosidad. Estos
dos productos producen el efecto de desinfectar la piel, ya
sea para colocar un inyección, canalizar las vías, o para
hacer una intervención. Al tener a disposición estos dos
productos para los mismos casos a mí se me planteó la
curiosidad de descubrir si había alguna diferencia. Esto me
llevó a preguntar a otros compañeros de otros hospitales, y
ellos me hablaban de las ventajas y desventajas que
existían. Pude leer bibliografía y otros estudios que se han
hecho al respecto y empecé a conocer qué conclusiones han
sacado otros investigadores. Algunos estudios demostraban de
una forma científica que uno tenía características más
positivas sobre otro y me pregunté por qué no hacer esta
investigación aquí en el hospital de Ceuta.
P.- ¿Y cómo empezó?
R.- Lo primero fue recopilar la información necesaria para
ver qué estudios había. He diseñado una tabla donde reflejo
todas estas investigaciones que se han hecho con sus autores
y sus años, y las conclusiones más significativas,
destacando las ventajas y desventajas y las recomendaciones
de uno y otro. En esencia no había una diferencia muy
significativa pero me planteé hacerlo aquí en Ceuta.
Realmente podríamos quitar uno o restringirlo a un uso
determinado y aplicarlo en beneficio del paciente. Con lo
cual esto posiblemente podría repercutir en una reducción
tanto en la economía del paciente como en la de los centros
sanitarios. Se indicaría de una manera protocolaria cuándo
se puede recetar uno y cuándo el otro. Entonces transmití la
idea, la elaboré y la emití a la Comisión de Docencia,
Investigación y Formación continuada a la cual pertenezco.
Ellos me dijeron que tenía que obtener muestras de
pacientes, por supuesto con el consentimiento de ellos, con
documentos firmados por estos y también debía entregar a la
comisión el número de pacientes que analizaría.
P.- ¿Con cuántos pacientes cuenta esta muestra?
R.- Decidí que fueran 300 usuarios. A estos pacientes se les
informó de lo que se pretendía hacer, que era totalmente
voluntario y anónimo y que no supondría ningún riesgo para
su salud ni ningún daño personal.
P.- ¿En qué consiste en sí el estudio de las muestras?
R.- Pues es muy sencillo. Con un bastoncillo tomamos una
muestra de la piel de la zona en donde se va a intervenir al
paciente, se cultiva, después le aplicamos antiséptico,
tanto Povidona yodada, (lo que conocemos por el nombre de la
marca Betadine) como Clorhexidina (Cristalmina). Una vez
aplicado, dejo secar el fármaco y vuelvo a tomar una
muestra, lo que quiero ver si hay una diferencia de
reducción de microorganismos comparándolos con los obtenidos
anteriormente. Comparamos los resultados.
P.- ¿Qué tipo de pacientes son los que eligen para la
muestra?
R.- Pues pacientes sanos, es decir, que van a ser
intervenidos de una forma reglada y no de urgencias, y en
concreto son de tres áreas principalmente, de la Cirugía
General y Digestiva, de Traumatología y de Ginecología.
P.- ¿En qué fase del proyecto se encuentra?
R.- Ahora mismo estoy en la fase de recopilación de datos,
ya toda la documentación fue aceptada por la Comisión, está
todo reglado para que esto siga su camino en su desarrollo y
para que el proyecto esté dentro de la normativa
correspondiente.
P.- ¿Cuándo empezó a recopilar datos?
R.- Empecé por la primavera del 2009, aunque debido al
traslado al nuevo hospital hubo un parón de unos meses. La
idea es que en breve terminemos de recopilar todos los datos
y empecemos a recibir los resultados del laboratorio de
microbiología que es el que me hace el estudio de los
microorganismos antes y después de la aplicación de los
antisépticos.
P.- ¿Que características tienen estos antisépticos?
R.- La Clorhexidina es un antiséptico incoloro, que es muy
bueno, tiene una acción y un secado muy rápido y que no
tiene prácticamente ningún inconveniente en cuanto a
alergias. El Betadine también es bueno, pero tiene un tipo
de secado más tardío y también se demora más para que haga
efecto, este sí que en ocasiones puede producir algún tipo
de alergia. Entonces a priori aparecen estas ventajas en
cuanto a la Clorhexidina, pero hay que demostrarlas, que es
de lo que se trata.
P.- ¿En qué beneficiaría a los pacientes las conclusiones
de este estudio?
R.- Pues beneficiaría en que se sabría cuál vendría mejor al
paciente según un protocolo que se establezca para distintos
casos. Por ejemplo en Traumotología hay ciertos componente
metálicos que se deterioran, entre otras cosas, por el
Betadine; pues esto se evitaría.
P.- ¿Y para los profesionales?
R.- Pues a la hora de curar una herida pasaría lo mismo, se
sabría con exactitud, qué producto utilizar en distintos
casos, ya que se sabe la eficacia comprobada de cada uno de
los dos medicamentos.
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