No debiéramos creernos mucho esto,
porque, a diferencia de otro tipo de empresas, aquí no será
por falta de dinero, para mantener abierta esta oficina,
además de que no existirá ese cierre en las demás
comunidades autonómicas, sólo afectará a Ceuta y a Melilla.
Por alguna parte habría que empezar a demostrar que eso de
“comunidades autónomas” no encajaba para Ceuta, ni para
Melilla, y este puede ser un aviso más. Simplemente eso.
Este cierre, previsto para el 31 de mayo, como muy tarde, no
va a afectar más que a 11 empleados ceutíes, pero, sin duda,
también se notará y de verdad.
Ni que decir tiene que la comunicación a estos empleados no
debió sentar muy bien, por cuanto entre todos los despidos
que podría pensarse que se dieran en Ceuta, o en cualquier
otra parte del territorio nacional, en lo único que no se
hubiera pensado, jamás, hubiera sido en el cierre de estas
sucursales.
Los empleados se enteraron – es posible que ya se olieran
algo – a través del sindicato UGT, una vez que la entidad
terminaba de informar, sobre esta circunstancia, al Comité
Nacional de Empresa.
Y no puede dejar de extrañarnos, a nosotros también, que
nada tenemos que ver con todo esto, pero mirando y remirando
las diversas instituciones, empresas y lugares seguros, para
mantener el empleo, el Banco de España, aquí o en las
capitales de las comunidades autonómicas que es donde están
asentados, representa el emblema financiero indiscutible.
A Ceuta y a Melilla, pues, se les va a retirar ese emblema
que, además, de unos puestos de trabajo – no muchos, por
cierto – da prestigio a la ciudad.
Y si, desde una perspectiva de simbología, es muy
interesante la permanencia de esta entidad en Ceuta, desde
su función, es de suponer, así lo creemos, ya veremos que
entidad va a poderse hacer cargo de todas las competencias
de esta entidad bancaria y más que eso.
Hay que tener presente que el Banco de España recibe y
recuenta, en la ciudad, todos los depósitos bancarios, algo
que no creemos que tenga que hacerse, a partir de ahora, a
distancia, bien desde Sevilla o desde Madrid, por ejemplo.
Chapuza a la vista, y si esto es malo, otra posible
alternativa sería aun peor, como sería el que todas esas
operaciones pasaran a manos de una o de dos entidades
bancarias de otro tipo, y que quitarían la confianza que hoy
sigue habiendo en el Banco de España.
Pero hay más, ésta no es una reestructuración para pasar
todo al ámbito peninsular, y decimos esto porque las
oficinas, tanto de Canarias como de Baleares, parece que se
van a seguir manteniendo.
Nos imaginamos con qué ánimo podían comenzar a trabajar el
pasado martes los 11 empleados del Banco de España en Ceuta,
al recibir este “desayuno envenenado”:” El Banco acaba de
comunicar al Comité Nacional de Empresa (CNE) la decisión
tomada por la Comisión Ejecutiva del Banco de España de
cerrar las sucursales institucionales, además de las de
Ceuta y Melilla”.
Más de uno se quedó sin palabras, y es natural, por cuanto
la cosa va, además, con rapidez y el cierre se puede hacer
efectivo, incluso, antes del 31 de mayo.
Con este cierre, más de medio siglo de parte de la historia
de Ceuta, también queda borrada. No me lo puedo creer.
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