Hay dos bases fundamentales que
sustentan a un país, la familia y la case medida. La
desaparición de cualquiera de esas dos bases lleva,
irremediablemente, al país a experimentar un retroceso del
que difícilmente se puede salir produciéndose, sin lugar a
dudas, una crisis económica y de valores.
Nos hemos empeñado en decirle a la juventud, a nuestra
juventud, que a los dieciocho años se deben ir de la casa de
sus padres y encauzar su propia vida. Lo que se nos ha
olvidado decirles es, cómo se van a ir de casa de sus padres
si no tienen ni un maldito euro para subsistir por cuenta
propia. Algunos han debido ver muchas películas americanas,
para dar estos grandes consejos a la juventud. Y las
películas no son más que pura ficción y fantasía.
Les hemos llevado a realizar el “botellón”, como si esa
celebración con alcohol y lo que no es alcohol, fuese la
solución única para divertirse.
Desgraciadamente, para nuestra juventud, estamos
consiguiendo crear una juventud donde el alcohol y lo que no
es el alcohol son una válvula de escape a los grandes
problemas que tienen, entre ellos la falta de un trabajo
para labrarse un futuro.
Por eso hasta los chavales menores de edad, cuando se les
pregunta sobre el “botellón”, alegan que ellos han empezado
a beber y a lo que no es beber con muy temprana edad.
La suerte que tiene aún este país, es que hay otra clase de
juventud, alejada de ese “botellón” y lo que no es el
“botellón”, que piensa y recapacita, entregándose al estudio
para buscarse un futuro que le reporte una vida mejor.
¡`Viva esa juventud de la que va a depender el futuro de
España!.
Gracias a la familia, hoy día, están viviendo muchos miles
de españoles que se han quedado sin nada, incluso perdiendo
sus trabajos y sus hogares, al no poder pagas sus hipotecas,
teniendo que refugiarse encasa de sus padres, con toda su
prole, para poder seguir subsistiendo de la escueta paga de
jubilados que tienen sus progenitores o marchándose de la
ciudad la campo, para trabajar en el pequeño huerto que
tienen sus viejos y de esa forma, al menos, poder comer
todos los días, no sin miles de sacrificios.
La clase media, auténtico punto de apoyo sobre la que se
asienta el equilibrio sobre los muy ricos y los muy pobres,
está en auténtica decadencia, brillando, cada día más, por
su ausencia de la sociedad española.
La clase media que es, en definitiva, la que más gasta, la
que más consume está atadas de píes y manos al tener, cada
día, menos poder adquisitivo y reducir esos gastos al mínimo
posible, que venia realizando, con lo cual afecta de forma
importantemente al consumo ya todo lo que ello conlleva, el
hacer que el consumo baje por comprar sólo lo realmente
imprescindible.
Las dos bases que sustentan la vida de un país, la juventud
y la clase media se han roto y, con esa rotura, ha venido la
decadencia de un país que se debate, hoy día, ante una
crisis no sólo económica sino de valores que,
indiscutiblemente, hacen muy difícil la recuperación
económica y los valores de una sociedad que sigue caminado
sin saber cuál será le final de su camino.
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