El Ingesa, desde el pasado miércoles hasta hoy ha impartido
un curso centrado en la ‘violencia de género’, en el centro
de salud del Recinto, con la intención de educar y
concienciar a los profesionales sobre este tema. La
encargada de dar las clases ha sido la doctora en Psicología
Bibiana Navarro.
Educar y concienciar al personal del Ingesa contra la
violencia de género es lo que pretende la institución
sanitaria con un curso que comenzó el pasado miércoles y que
acaba hoy a las 14.00 horas en el salón de actos del centro
de salud del Recinto.
El Instituto de Gestión Sanitaria, a través de Atención
Primaria, organiza estas clases centradas en esta temática
dentro del Programa de Formación Continuada, una iniciativa
que está dividida en tres bloques, el primero se desarrolló
el pasado mes de octubre, otro se está llevando a cabo
actualmente y es el segundo paso, y en diciembre terminará
con una tercera fase.
La idea es la prevención de este tipo de violencia y la
iniciativa está dirigida a cualquier profesional de la
salud. Con estos tres módulos se pretende “facilitar la
participación de los profesionales, de hecho cuenta con una
parte que se realiza de manera no presencial”, según explica
la encargada de impartir el curso, la doctora en psicología
Bibiana Navarro.
En la primera fase realizada en octubre intentaron dar una
definición exacta a lo que es la ‘violencia de género’,
diferenciándola de la ‘violencia doméstica’, que es un
término mucho más amplio que engloba todo el tipo de
violencia que se da en el ámbito doméstico ya sea contra
niños, mayores o mujeres. La violencia de género se concibe
como una agresión específicamente del hombre hacia la mujer
y por motivos machistas. “Es cuando se entiende a la mujer
como una propiedad del hombre y se ejerce violencia cuando
esta sale de ese patrón”, detallaba Navarro.
Los profesionales no solamente tienen que estar atentos al
maltrato físico, “que es cierto que tiene en ocasiones
consecuencias muy graves llegando, incluso, a la muerte de
la persona, pero existen otros tipos de violencia como es la
emocional, la verbal, social, económica..., que deben ser
tenidas en cuenta”, comentaba la especialista.
Este tipo de lesiones no se ven a simple a vista, sin
embargo generan unos efectos a nivel psicológico en la mujer
y en los hijos muy profundos, porque además suelen ser casos
en los que la persona permanece callada mucho más tiempo que
cuando se trata de violencia física.
Cuando se habla de maltrato, las consecuencias de esto no
sólo las sufren las mujeres, sino que también las sufren los
hijos e incluso los hombres, “como puede ser la ruptura del
matrimonio, prisión, etc.”
Terminado el primer bloque se dio comienzo a la parte
práctica no presencial, en la que los profesionales
entrevistaron a dos de sus compañeros para ver cuáles son
los factores que determinan la infravaloración que realizan
los profesionales sanitarios del tema de maltrato.
El segundo módulo, por tanto, se centra en analizar las
entrevistas que han realizado y extraer conclusiones. Ayer
acudieron sólo cuatro alumnas de los veinte que se habían
inscrito. Se centraron en la comunicación con la paciente
maltratada, y las actuaciones como profesional que puede
llevar a cabo, qué valoraciones tienen que hacer no
solamente de la salud, sino también del riesgo que presenta
la persona, si sigue permaneciendo en el hogar o no, si
reconoce o no el maltrato y dependiendo de esto último
derivan en actuaciones distintas. Para ello lo importante es
ver qué tipo de preguntas hacer, no intimidar a la mujer y
conseguir que finalmente deje al marido, que denuncie o
cualquier otra acción.
En estos días simularán entre los alumnos una entrevista
donde uno hará de profesional y otro de víctima de malos
tratos y después procederán a analizarla. “Queremos hacer un
video forum, siempre que nos den los medios para tenerla
grabada y repartirla entre los profesionales a modo de
ejemplo de cómo llevar a cabo un ejercicio de este tipo”,
relataba la psicóloga.
El tercer bloque se celebrará en diciembre y la idea es
diseñar unas sesiones de prevención para darlas a conocer
entre alumnos de los institutos y colegios y por otro lado
“tratar con mujeres que han sido víctimas de violencia
machista y ofrecerles recomendaciones sanitarias para
subirles la autoestima o tratamientos para disminuir dolores
que suelen sufrir”, concluía la docente.
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