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OPINIÓN - MIÉRCOLES, 24 DE NOVIEMBRE DE 2010

 

OPINIÓN / EL ESQUINAZO

El síndrome del separatismo
 


Jesús Carretero
jesuscarretero@elpueblodeceuta.com

 

Es lo que está rodeando a un ex presídente del Barcelona, del que se ha servido para hacer dinero y adquirir fama para dedicarse a la política.

El tal Laporta propone una Cataluña independiente que sea “aliada” de España, algo que iría de perlas a los catalanes “ y a todo el Estado”, dice el ilustre jeta.

Y cuando utiliza el término Estado no aclara mucho, tampoco debe dar para más, a qué estado, porque si quiere la independencia, esa independencia será para todo, no para administrar ellos sus recursos y que, al mismo tiempo, España le haga las carreteras, le solucione el problema de los ferrocarriles y todo lo que va a necesitar.

Habla de independencia, pero de una independencia que no rompa vínculos con otras partes del mundo.

Lo dicho, como presidente del Barcelona era un jeta y como político un desvergonzado, uno de tantos que quieren trocear, para su beneficio. el territorio español.

“Tira siempre para casa”, esto es, para que lo suyo esté por delante y los demás vayamos a remolque y pagándole el peaje.

Además en el colmo de la desvergüenza, de otra forma no se le puede interpretar al sujeta Juan Laporta, dice que está deseando que sus hijos no tengan que ser separatistas, porque una vez que haya logrado un Estado propio “podrán vivir su lengua y su cultura con absoluta normalidad”.

Además de desvergonzado es un mentiroso, porque, hoy por hoy, sus hijos o sus vecinos, allá en tierras catalanas, parte del Estado español, no lo olvidemos, pueden hablar cuanto quieran en su lengua, el catalán, pueden rotular sus establecimientos en catalán, sin que nadie les moleste, mientras que otros, no separatistas, si quieren rotular su cafetería, su carnicería o su mercería, en la lengua primera del Estado español, también de Cataluña, tendrán mil problemas y sanciones desde la Generalidad de Cataluña.

Insiste en la independencia de Cataluña, él más que nadie, aun sabiendo que será el que menos votos logre, y habla de independencia como el “instrumento para que Cataluña pueda tener competencias sobre la reforma laboral, el modelo energético, o las infraestructuras”.

Se olvida Juan Laporta de pedir independencia, para, también, poder cobrar comisiones, por ejemplo.

El planteamiento del catecismo de SI (Solidaridad Catalana per la Independencia), va buscando, eso sí, las principales materias que mueven la economía para que el país crezca, y crezca más que los demás.

Claro está que como Juan Laporta padece de amnesia, se debe haber olvidado de que antes de 1992, extremeños, castellanos, andaluces, gallegos, riojanos ... tuvieron que apretarse el cinturón mucho para que ellos, los catalanes las mejores carreteras, hechas con el esfuerzo de todos.

Si se llevara a cabo eso que propugna el ínclito Juan Laporta, desde Cataluña tendrían que pagar, eso sería lo normal,, a todas las demás comunidades, el desfase que hubo en otras comunidades para que se cubrieran, al máximo, todas las necesidades de Cataluña en las Olimpiadas de 1992.

Esto sería un imposible, como un imposible es que Juan Laporta saque en estas elecciones algo positivo. Lo que dije, desde el principio, estamos en el síndrome del separatismo.
 

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