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OPINIÓN - MIÉRCOLES, 24 DE NOVIEMBRE DE 2010

 

OPINIÓN / EL OASIS

Dedicado a Toño Campoamor
 


Manolo De la Torre
manolodelatorre@elpueblodeceuta.com
 

Lunes. A las doce de la mañana me encuentro caminando por la Carretera Nueva. Hace un día literalmente glorioso, una maravilla: el cielo está límpido y corre un airecillo que despierta los sentidos. Miro hacia la playa y descubro a una mujer joven, alta, rubia y de piernas luengas, que va decidida a bañarse en las aguas de El Chorrillo. La temperatura de noviembre, en esta ciudad, sigue siendo un regalo en todos los sentidos.

Tan abstraído iba mirando hacia la playa, cuando me tocan en el hombro y me giro. Es persona de bien la que llama mi atención y, después de saludarnos, seguimos paseando. Andar y conversar nos cunde de manera que estuvimos más de una hora haciéndolo.

Mi acompañante me pregunta si he leído ya el panfleto que se viene repartiendo los lunes en la ciudad. Y le digo que no. Y además le explico que me será imposible hacerlo, debido a que las gafas que llevo no son bifocales y tampoco me he echado encima las de leer.

De cualquier manera, le digo, el panfleto, escrito breve, generalmente de carácter político, que sirve para atacar con violencia a alguien o algo, es ya de por sí repelente. Asqueroso. Y los panfletarios están pasados de moda. Al igual que lo están los sindicalistas acostumbrados a destrozar escaparates y obstruir las cerraduras de los comercios con silicona.

-¿Te acuerdas, Manolo, de aquella época en la que incluso pintaban maldades contra algunos empresarios en las paredes?

-Cómo no voy a acordarme de aquella canallada si a mí me tocó tener que llamar a los operarios de Trinitas para que acudieran deprisa y corriendo a limpiar la fachada de un sitio en el cual yo prestaba mis servicios. Y lo curioso del caso es que, poco tiempo después, los que cometían semejante canallada terminaban pactando y haciendo negocios con quien había sido objeto de las más variadas vejaciones.

-Pues ya hay que tener estómago para comportarse así. Lo cual demuestra que unos y otros son de la misma condición. ¿O no, Manolo?

-Sí. En fin, que te haré caso, y, aunque ahora no pueda leer el panfleto del cual me hablas, lo cogeré y me lo llevaré a casa para leerlo. Aunque debo decirte que ya lo hice la semana anterior.

Leído el segundo panfleto, he sacado mis conclusiones: está escrito de una manera oscura, trabajosa y seca, como la carne que a mí me daban cuando estaba haciendo el servicio militar en la Infantería de Marina.

Por lo que a los escribientes del panfleto se les nota mucho que tienen pocas cosas que decir y que no tienen todavía dominado el modo de decirlas. Así que lo que más les urge es, sin duda alguna, aclarar el estilo. Y eso se consigue ordenando las ideas. Lo cual, y dado que han sido gacetilleros, a poco que se apliquen al asunto, los próximos panfletos alcanzarán una brillantez inusitada.

Eso sí, y siempre a modo de orientación, yo les recomendaría que para tener credibilidad empezaran publicando la lista de personas que han sido colocadas a dedo por Aróstegui en el Ayuntamiento. Y dado que la lista obra en mi poder, lo mejor sería empezar, aunque sea a costa de contravenir el orden alfabético, con Toño Campoamor. Un individuo que es funcionario gracias a que en su momento se postró ante JLA. Y, desde entonces, lleva sin trabajar innumerables años. Y encima pide trabajo para los parados.
 

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