Con lo puesto como quien dice, en
la madrugada del pasado lunes día 15 pergeñaba a calzón
quitado para diferentes medios del grupo Prensa Ibérica una
columna de urgencia que varios periódicos publicaron
parcialmente sobre lo que popularmente podía definirse como
una “intifada” saharaui contra el desmantelamiento del
campamento de El Aaiún, que ya se habría llevado por delante
entre los uniformados marroquíes varias vidas. Muchas cosas
ni encajaban... ni siguen por encajar. Las cifras
adelantadas por el Frente Polisario y que algunos medios
españoles se apresuraron alegremente a publicitar siguen sin
poder confirmarse mientras, si fuera cierto que había
milicias armadas en el campamento de Gdim Izik e incluso
hasta células de Al Qaïda siguiendo el hilo explicativo de
las autoridades marroquíes, es increíble que contra esta
clara amenaza se enviaran fuerzas de seguridad armadas solo
con porras... con el resultado al día de hoy de once
muertos. Once familias marroquíes que vieron amputada
traumáticamente la celebración de la Fiesta del Cordero...
Fiesta del Cordero que los apaleados saharauis tampoco
tuvieron ganas ni humor de celebrar.
En varias ocasiones me pronuncié sobre el interés que
presentaba el Proyecto de Autonomía lanzado por Marruecos, a
mi juicio sin duda un paso hacia adelante aunque
insuficiente y que, en cualquier caso, había despertado el
interés de unos siete mil saharauis de los campos argelinos
de Tinduf bajo el control del Frente Polisario, que en lo
que va de año habían abandonado su asentamiento
trasladándose a las Provincias del Sur. El Reino de
Marruecos se apuntó un gran tanto al apostar por esta vía un
alto dirigente del Polisario, Mustafa Selma, quien al volver
a Tinduf el 21 de septiembre habría sido secuestrado (sic)
por los servicios argelinos, permaneciendo desaparecido
desde entonces.
Con todo el problema de fondo parece más social que
político, como ya barruntaba en julio de 2004 el solvente
semanario marroquí Tel Quel. Es curioso también que el
barrido del campamento tuviera lugar inmediatamente después
del discurso del joven soberano Mohamed VI anunciado la
reestructuración del Corcas...
Ambas partes han perdido mucho y el siroco de estos días
pudiera haberse llevado por delante más de lo que parece. La
pregunta clave sería: ¿a quién estaría beneficiando esta
crisis...? No a Marruecos ni al Polisario...
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