El fiscal solicitó ayer dos años de prisión para un hombre
al que acusó de un delito de insolvencia punible. Al
parecer, el acusado dejó de pagar un préstamo bancario en
2003 y el Juzgado de Instrucción le había requerido en
varias ocasiones que presentase de aval una licencia de taxi
de la que era titular, aunque alegó que no era de su
propiedad.
Dos años de prisión, la inhabilitación especial para el
derecho de sufragio pasivo y una multa de 6.000 euros fueron
las penas solicitadas por el representante del Ministerio
Fiscal en la ciudad para un hombre que ocupó el banquillo de
los acusados por un delito de insolvencia punible, recogido
en el artículo 257 del Código Penal, que castiga al que se
alce con sus bienes en perjuicio de sus acreedores y a quien
con el mismo fin, realice cualquier acto de disposición
patrimonial o generador de obligaciones que dilate,
dificulte o impida la eficacia de un embargo o de un
procedimiento ejecutivo o de apremio, judicial,
extrajudicial o administrativo, iniciado o de previsible
iniciación.
La defensa, por su parte, solicitó a la titular del Juzgado
de lo Penal número uno la libre absolución de su cliente
entendiendo que este no era titular de la licencia de taxi
que le requerían para pagar la deuda contraída con un banco
por un préstamo, que dejó de pagar en 2003 el acusado.
Según consta en el relato de acusación, el procesado
solicitó un préstamo de 2.400 euros el 14 de diciembre de
2001 a una entidad bancaria. Esta interpuso una demanda
ejecutiva contra el procesado el 10 de septiembre de 2003 ya
que el imputado había dejado de pagar dicho préstamo. Tres
años después, el 10 de diciembre de 2006, por orden judicial
se le embargó al acusado una licencia de taxi de la que era
titular aunque dicha licencia le había sido transferida a
una tercera persona. “No presenté como aval la licencia
porque era de mi hermano, no un bien mío”, alegó el acusado.
Como testigo, el nuevo propietario de la licencia corroboró
que nunca le había pagado dinero al procesado por dicho
permiso. “Hice la gestión con un hermano suyo, no con el
propietario porque había fallecido. Pero este señor nunca
cobró nada de mí, ni siquiera recuerdo cuánto pagué”,
declaró. El juicio quedó visto para sentencia.
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