Con la visita del S.S. el Papa a
nuestro país y de su denuncia contra el laicismo radical que
se vive en nuestro país, la “guerra” contra los crucifijos
en los espacios públicos ha vuelto a ser noticia, después de
que la junta de Extremadura ordenara a un colegio público de
Almendralejos, la retirada de este símbolo religioso en dos
de sus aulas.
Interpuesta la denuncia por el padre de dos alumnos,
militante socialista, argumentando que su militancia no le
excluye renunciar a sus derechos civiles. Por otro lado,
piensa que la Junta, viendo que iba a perder el asunto
porque iba claramente contra la legalidad, es por lo que se
decidió actuar, ya que antes no lo hizo porque quiso mirar
hacia otro lado.
En 2008, el citado padre puso en conocimiento de la
Dirección del Centro que la presencia de simbología
religiosa en un colegio público y la participación en
celebraciones religiosas –la inauguración del curso
consistía en llevar a los niños a la iglesia, celebrar el
Miércoles de Ceniza, “Las flores a María” en el mes de Mayo,
rezar el “Angelus” en clases, celebración de Navidad
(Belenes)…- contraviene el espíritu aconfesional del Estado,
recogido en la Constitución.
El Consejo Escolar del Centro se inhibió, pasando el asunto
a la Dirección Provincial de Educación, que tampoco dio
soluciones. “Hemos sido siempre prudentes, comedidos y
discretos, pero no nos ha quedado más remedio que llegar a
la vía judicial”, argumentó el padre.
El incansable padre, en los primeros días de Junio del
presente año, puso un recurso ante el Juzgado de lo
Contencioso Administrativo de Mérida. “La Junta intentó
paralizar el proceso, pero no lo logró porque nuestro caso
tiene que ver con los derechos fundamentales”. Por eso pasó
al Tribunal Superior de Justicia de Extremadura que no llegó
a decidir, siendo Educación -6 de Septiembre- la que mandó
al Colegio a retirar los Crucifijos. El Tribunal, ordenó
archivar la causa.
El padre se manifiesta así: “Queremos para nuestros hijos
una educación en tolerancia, respeto a las creencias de
todos, aconfesional y que no regrese a la España de la
Dictadura. La libertad de conciencia y religiosa debe
garantizar nuestros derechos. Y es lo que hemos hecho aunque
nos puedan llamar “comecuras” o cosas peores. Sabemos que
muchos padres están con nosotros, pero no nos han seguido
porque hay un miedo escénico alucinante”.
Pese haber conseguido su objetivo, el padre confesó estar
satisfecho sólo al 50%, con esa medida, puesto que hay
crucifijos en otras aulas y otros aspectos que demuestran
claramente el “carácter confesional del Centro”. Criticó,
también, la existencia de “publicidad” o propaganda, como se
le quiera llamar, a la campaña de cuestación del “Domund”,
por lo que no ha descartado tomar futuras medidas para
evitar que se siga produciendo.
La Consejera de Educación de la Junta piensa que el Estado
debería regular una situación que puede provocar una cierta
disfunción jurídica o un cierto conflicto de orden jurídico,
al chocar la libertad religiosa con lo que establece la
normativa vigente, para lo cual es conveniente la Ley de
Libertad Religiosa.
Pero, en el Centro, buena parte de los padres lo pasaron
mal, llenos de estupor y rechazo por la decisión tomada por
la Junta. “No puede ser que una minoría se imponga a lo que
quiere la mayoría. Esto hay que hablarlo, porque no sabemos
en que molestan los crucifijos”, decía uno de los
“afectados”. Los otros, los mas satisfechos, aceptando, sin
polemizar, la medida tomada, a considerar que, en realidad,
la decisión adoptada, se ajusta a la normativa.
Esa mayoría afectada por la normativa, piensa, por otra
parte, que la navidad está cercana. ¿Qué ocurrirá? ¿La van a
prohibir? Y el nacimiento, ¿se podrá poner?
Este sector de padres piensa que la sentencia se podrá
cambiar, porque el Tribunal Superior de Justicia no se ha
llegado a pronunciar. La Delegación, antes de esperar el
veredicto, decidió aceptar la petición de los demandados.
Pero este caso de rechazo a los crucifijos no es único. En
Mayo de 2006, un Colegio de Infantil y Primaria en Jaén, por
la Junta de Andalucía se ordenó la retirada de los
crucifijos y demás imágenes. Fue una decisión a raíz de una
denuncia presentada por el padre de un alumno ante el
Defensor del Pueblo.
También en Valladolid, en Noviembre de 2008, un Juzgado de
lo Contencioso Administrativo obligó a un centro público a
retirar los símbolos religiosos de los espacios comunes del
centro, en respuesta a la denuncia de un padre.
Pero no sólo se retiran crucifijos en los colegios. En otros
lugares no relacionados con la Educación, también en Abril
de 2010, la Delegación de Salud de la Junta de Andalucía, en
Córdoba, dictó la retirada del Crucifijo de la Sala de Curas
de un centro hospitalario, de la localidad de Palma del Río.
Un paciente de 75 años manifestó a la Dirección que ese
crucifijo “le molestaba”.
Otro caso relacionado con los símbolos religiosos es el de
la retirada de un centro escolar de un mosaico de la Virgen
de la Fuensanta, patrona de Coín (Málaga). Se pretendía
hacerlo desaparecer de la fachada del Colegio. Pero
felizmente hubo un acuerdo entre los partidarios de la
retirada y los que estaban en su contra. El acuerdo fue
decidir que la imagen se quede en el Colegio, pero en el
aula donde se imparte la asignatura de Religión. El mosaico
de azulejos dedicado a la Virgen ha estado ligado desde hace
décadas al citado Colegio Público.
En otros países también existe el rechazo al crucifijo. En
Junio del presente año, una madre italiana presentó una
denuncia por la presencia de la cruz en el Colegio Público
de sus hijos. Llegó la denuncia a la Gran Sala del Tribunal
de Derechos Humanos de Estraburgo, tras un recurso
interpuesto por el Estado Italiano. El fallo podría
demorarse más de un año.
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