Acaba de celebrarse una de las
fiestas más atractiva y respetada por los musulmanes, en la
que, desde siempre, ha existido y para siempre existirá el
sacrificio de corderos.
Es algo que puede que haya quien no lo comprenda, pero los
que no lo comprendemos, o no tenemos los conocimientos
suficientes para calar en esta fiesta, tampoco tenemos
razones legítimas para minimizar su valor, ni para optimizar
todo lo que conllevan esos sacrificios. Es algo propio de
los musulmanes, de su fiesta y en lo que ni podemos, ni
debemos entrar, sin más.
Digo esto, porque la Asociación Nacional de Defensa de los
Animales, nos sale ahora con que debe cumplirse la Ley en
todo el terreno nacional y pide que se tomen medidas.
¿Medidas de qué?. Es que entramos en las “progresías
baratas” para hacer lo que cuatro y sus allegados, si acaso,
nos quieran imponer a los demás.
Que yo sepa, y eso lo sé bien, el sacrificio de los
“borregos” no es con un fin de juerga vulgar o con el fin
del maltrato, por el maltrato, son actos regulados desde su
perspectiva religiosa y social, que se lo toman con mucha
seriedad y con un gran respeto, con lo que ni ANDA, ni los
que no conocemos el sentido de la fiesta, lo podremos
rebatir, de ninguna manera.
Nos salen con la petenera de que “debe cumplirse con la
legislación vigente sobre la protección animal”. Y ¿Hay
quien la ha incumplido?, no creo que ANDA, por sí sola esté
capacitada y legitimada para nada en estas fiestas. Eso lo
primero.
Que no nos hablen de estrés y sufrimientos, y menos de
“dolor injustificado”, cuando, a diario, en mataderos y allí
donde se sacrifican animales para el consumo diario, actúan
de la forma que es la más rápida para terminar con su faena
y poder atender a su clientela. Puestos a ver las cosas,
tanto sufrimiento y estrés habrá en un sitio como en otro, y
en eso ANDA parece quedarse “parada”.
Aquí el caso es ponerse para salir en la foto, en defensa de
..., sin que quienes tengan que ser defendidos hayan
solicitado tal defensa, y unos con la fiesta de los toros,
otros, ahora, con el sacrificio en la Pascua Musulmana, se
atribuyen unas prerrogativas que nadie les ha dado y nadie
les va a dar.
Y lo más curioso de todo es que “esos defensores de ... los
animales” jamás han levantado la voz cuando ciertos
animales, los protegidos, han arrasado ganaderías enteras,
de familias que llevaban varias generaciones formándolas.
Es más, esos protectores de animales, no levantan la voz,
tampoco, cuando ciertos animales dejan las calles llenas de
excrementos, que pueden ocasionar, además de las consabidas
molestias, otros tipos de daños, especialmente daños para la
salud.
Y habría que preguntar si muchos de eso defensores de los
animales son, igualmente, defensores de sus padres o de sus
abuelos, cuando no se pueden valer por ellos mismos.
No sé si pertenecer a ANDA implica no comer carne, si es así
ellos se lo pierden y si son consumidores de carne de
cordero o de lo que sea, que no se crean que la carne que
ellos están consumiendo, ha bajado de una forma inmaculada,
desde el séptimo cielo o desde el irreal mundo de su
progresía.
Hablan de maltrato, hablan de estrés, hablan de dolor y no
sé de cuantas cosas más, en los animales sacrificados en la
Pascua Musulmana, pero no hablan jamás de los daños de esos
otros animales que he citado más arriba.
Decían en mi tierra y lo seguirán diciendo:” cuando el
diablo no tiene que hacer con el rabo mata moscas” y estos
poco deben tener que hacer, para poner en tela de juicio
unas tradiciones y unas fiestas muy respetables.
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