El miércoles fue día festivo por la Pascua Grande, con lo
que los escolares se libraron de las clases. Pero, en una
parte de Melilla las lecciones no pararon. En la Plaza de
San Lorenzo, donde se encuentra instalado el Gran Circo
Royal, los pequeños de esta gran familia recibieron las
enseñanzas de Rosa María Sánchez Cueto, la profesora del
circo, una pequeña ciudad con muchos rincones por descubrir,
más allá de lo que vemos sobre el escenario.
Sobre los alumnos de Rosa María, “extrañamente”, nos contó
hablan todos español, ya que otros años se ha encontrado en
la tesitura de tener que enseñar a niños de países no
hispanohablantes. Cuando esto ocurre, “lo primero es
enseñarle el idioma, pues la lengua vehicular es el
castellano”. A veces se le pone un intérprete y en casos más
extremos, por señas o dibujos, “como me pasó con una niña
búlgara”, nos confesó esta docente, quien además trabaja
“como las antiguas maestras, con niños de todas las edades”.
Rosa María es de Oviedo y éste es el noveno año que ejerce
su profesión dentro de un circo. ¿Cómo decidió liarse la
manta a la cabeza y unirse a los artistas? Muy sencillo:
“suspendí las oposiciones y yo quería trabajar”, por lo que
se presentó al concurso de méritos del Ministerio de
Educación que oferta 20 plazas para docentes en circos.
A pesar de no tener antepasados relacionados con el circo,
esta profesora nos aseguró que vive feliz, viendo lo bueno y
evitando lo malo, pues este trabajo “te da la posibilidad de
ver ciudades curiosas como ésta que pertenece a España en el
norte de África”. Aprovechará estos días para pasear con sus
alumnos por las calles de Melilla y enseñarles la importacia
de ver más allá del circo, lo que muchas veces, para sus
padres es bastante complicado.
|