El granero de votos de Andalucía
del PSOE, más que un granero se ha convertido, últimamente,
en un grano de difícil solución de extirpar.
Después de tantos años de gobierno socialista parece ser que
en las próximas elecciones la cosa se les va a poner muy
cuesta arriba, tanto es así que según todas las encuestas,
esas encuestas en las que no creo, predicen que los
populares sacarán mayoría y gobernarán Andalucía.
Mala cosa para las elecciones generales, si se tiene en
cuenta que los populares, al parecer, van a conseguir dar un
salto cualitativo en las próximas elecciones catalanas,
donde si a CIU le falta algún que otro voto para gobernar,
no tendrían inconveniente en pactar con los populares.
Pacto este que, sin duda alguna, no haría ningún favor al
PSOE en las próximas elecciones generales donde CIU, ante el
pacto con los populares, no tendría más remedio que
devolverles el favor, prestándole todo su apoyo para formar
gobierno, que lleve a los populares a la Moncloa.
Si a esto unimos las declaraciones del presidente del
presidente del PNV, en la que se mostraba dispuesto, en caso
de ganar las elecciones autonómicas en Las Vascongadas de
pactar con los populares, pues más difícil se pone la cosa,
con vista a las elecciones generales del 2012.
Quizás se hayan jugado mal las cartas, políticamente
hablando, al haberle dado al PNV, a cambio de su apoyo para
sacar adelante los Presupuestos Generales del Estado, un
arma importantísima, en detrimento del López, cuya alianza
con los populares estaba dando buenos frutos.
Tres importantísimas elecciones autonómicas, con vista a las
elecciones generales, que de ocurrir lo que se viene
suponiendo que va a pasar en Andalucía, Cataluña y Las
Vascongadas, pueden dar un vuelco de suma importancia en la
vida política española, llevando al Partido Popular a la
Moncloa, y dejando al PSOE no a muy buen nivel en cuanto a
la consecución de escaños en el parlamento español.
Las elecciones catalanas pueden dar un antes y un después de
lo que podrá suceder en las elecciones generales. Pero
quien, sin duda alguna, va a marcar la pauta va a ser las
elecciones andaluzas, donde Griñán no las tiene todas
consigo, máxime después de la huelga que le han montado los
funcionarios contra su “decretazo”.
Unos 30.000 empelados públicos mostraron su rechazo al
“decretazo” exigiendo su derogación, basada en la
reordenación del sector público, que prevé hacer fijos a
unos 20.000 contratados en el entramado de empresas de la
Administración andaluza.
Estas empresas que, al parecer, son anexas a los
Ayuntamiento y Comunidades Autónomas, deberían todas ellas
recibir el nombre en “Enchufesa”, pues son las que les valen
a los partidos políticos para enchufar a los suyos, cosa que
no les ha gustado a los funcionarios que tienen que aprobar
unas oposiciones para estar en esos cargos que ocupan,
mientras estos 20.000, al parecer, van a entrar por el
señalamiento del “dedatil”.
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