Los gobiernos autónomos de Ceuta y
Melilla tienen por delante un encuentro -a celebrar el
próximo día 22- de evidente enjundia en cuanto a que las
decisiones que allí se adopten enjugarán parte del futuro
político y económico de ambas ciudades autónomas. Las dos
formas de entender el diálogo con el Gobierno central de los
Ejecutivos de Ceuta (dialogante y cooperador) y Melilla
(combativo y crítico) se sustancian en el distinto modo de
desarrollarse, por ejemplo, las iniciativas legislativas
gemelas que presentaron, sobre las bonificaciones en las
cuotas a la Seguridad Social, ambos Gobiernos autónomos por
separado. La aspiración melillense quedó frenada en seco
antes del inicio de la tramitación y no pasó el corte de
entrada en sede parlamentaria por el no rotundo del PSOE.
Sin embargo, la iniciativa ceutí -que llevaba el mismo
camino- fue parada a tiempo al objeto de readaptarla al sí
del Gobierno central y de los grupos parlamentarios del
Congreso y Senado socialistas, manteniendo el 80% de las
peticiones ceutíes. En esta tesitura se halla la iniciativa
legislativa de Ceuta que cuenta con el compromiso del PSOE
de su aprobación antes de que concluya la legislatura
Zapatero.
La reunión de Málaga debe servir para que el Gobierno de
Ceuta haga de mediador y logre que Melilla se embarque en
estos momentos en la pre-tramitación de la iniciativa y
quede incorporada a todos los efectos después de haber
perdido su oportunidad con la petición de máximos que
compartía inicialmente con Ceuta. Y debe ser que las dos
ciudades dispongan de los mismos mecanismos en las
bonificaciones. O se aprovecha la oportunidad ahora, o
difícilmente se pondrá contar en el corto y medio plazo con
una estabilidad respaldada por Ley y la elevación hasta el
50% a los sectores actualmente beneficiados más los que se
añadan consensuadamente con el Ejecutivo central. La pelota
ahora está en el tejado de los dos gobiernos autónomos.
Ceuta estaría por la labor y Melilla aún no se ha
pronunciado.
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