Los últimos días de la guerra de Vietnam, el conflicto de
Centroamérica, la guerra de Oriente Medio, la revolución de
Los Claveles en Portugal, el derrocamiento del presidente
Salvador Allende en Chile, los terremotos de Managua, Perú,
Sicilia e Irán, elecciones en varios países, golpes de
estado... Estos son algunos de los acontecimientos que diego
carcedo ha cubierto a lo largo de su carrera. a pesar de
ellos o, quizás, debido a todo ese cúmulo de experiencias,
mantiene la ilusión de un principante por una profesión
ingrata pero apasionante. En la actualidad, ostenta el cargo
de presidente internacional de la Asociación de Periodistas
Europeos y de su sección española.
Pregunta.- ¿Añora sus años de corresponsal?
Respuesta.- Hay veces que hago otras cosas que son también
muy interesantes. A mí no me gusta repetirme pero sí es
cierto que he vivido acontecimientos muy importantes en
diferentes lugares y, por supuesto, claro que se añora.
Especialmente cuando vuelven a ponerse de actualidad temas
que uno ya abordó como está ocurriendo ahora con el Sahara.
P.- Su ponencia versará sobre la libertad en los medios.
Teniendo en cuenta todo lo que está suciendo en Marruecos,
parece que tiene más sentido que nunca...
R.- Estamos viendo lo que es la falta de libertad para poder
informar y para que la sociedad esté bien informada. Hay que
criticar a los gobiernos y autoridades que niegan esta
necesidad que es la información y que sólo se puede
proporcionar con libertad.
P.- Desde su experiencia, ¿esto es un hecho aislado o,
por desgracia, sigue ocurriendo con demasiada frecuencia?
R.- Hay muchos regímenes políticos que ejercen censura.
Ocurre, desgraciadamente, en los cinco continentes. Hace
unos días estuve en Turquía presidiendo el congreso de de la
Asociación de Periodistas Europeos y allí hubo una denuncia
muy seria porque en ese país hay cerca de cincuenta
periodistas presos. Turquía es un país que aspira a entrar
en la Unión Europea, que se llama democrático. Además de
esto, también hay otros problemas que inciden en la libertad
de expresión como la presión que ejercen grupos de
delincuentes, narcotraficantes, terroristas... También
atacan para impedir que los periodistas contemos la verdad.
Todos los años mueren varias decenas por intentar cumplir
con su obligación.
P.-Usted que ha vivido en EE.UU. durante varios años y
que conoce a fondo la sociedad norteamericana, ¿qué piensa
de la bajada de la popularidad de Barack Obama? ¿Quizás haya
podido ser porque los americanos lo veían más que como un
presidente, como una especie de dios?
R.-Totalmente. Se habían creado expectativas excesivas y que
no se podían cumplir. Se sabía que se elegía a un excelente
comunicador y político pero sin experiencia en la gestión
administrativa. Se ha demostrado que no es un excelente
gestor y no tiene una varita mágica ni capacidad para hacer
milagros que era lo que parecía que se esperaba de él. Ahora
ha venido la decepción aunque, por supuesto, también ha
afectado mucho la crisis económica. Una crisis que es capaz
de arrasar países enteros.
P.- Horarios interminables, sueldos no muy altos,
situaciones laborales precarias y aún así cada año más
estudiantes de periodismo, ¿qué tiene esta profesión para
enganchar tanto?
R.- Y a veces ese sueldo, en el caso de los becarios, ni
siquiera existe. Aunque también hay casos excepcionales de
periodistas que ganan mucho dinero pero la inmensa mayoria
tiene para vivir. Pero el oficio ofrece muchos atractivos,
nos permite estar en primera línea, satisfaciendo esa
curiosidad de saber qué esta ocurriendo para poder contarlo.
Eso lleva a muchos sacrificios aunque hay algunos que deben
ser asumidos en la universidad. Además de los mencionados,
las tensiones que se viven, las carreras y, a veces, riesgo
de infartos que se sufren para llegar a un informativo o el
cierre de un periódico. Sin embargo, no está en nuestras
manos la falta de puestos de trabajos, siendo una profesión
tan necesaria para la sociedad. Hay más periodistas que
puestos.
P.- ¿El periodismo ha mejorado con los años o hemos
entrado en la ‘era del acomodo’ con la irrupción de las
nuevas tecnologías?
R.- El oficio ha mejorado mucho pero al mismo tiempo sí ha
habido una cierta acomodación a la hora de entrar en
Internet a buscar la información, a localizar los
comunicados de prensa. Obviamos lo que es hacer una
investigación sobre los temas. Me da mucha pena asistir a
ruedas de prensa donde veo que no se pregunta nada. No se
molestan en contrastar la información y todo esto es muy
preocupante. También es verdad que no siempre es culpa de
los profesionales, ya que a un periodista se le exige cubrir
cinco o seis informaciones en una mañana y redactarlas.
Esto, lógicamente, no se puede hacer bien.
P.- En el caso concreto de la televisión, ¿no es más bien
culpa de los espectadores quienes influyen en que no se
realicen contenidos de calidad?
R.-El público no exige y en España, además, es muy poco
autocrítico consigo mismo. Además, luego siguen comprando el
periódico que les ha dado la información con errores, ven la
televisión que les ofrece basura. Es lamentable y pienso que
si los espectadores se plantaran y dejaran de verlo, el
programa dejaría de emitirse. Hay algo evidente y es que las
televisiones que tienen intereses no quieren ofrecer, en
muchos casos, la telebasura que ofrecen, lo hacen porque es
rentable. En cuanto a la publicidad, tampoco los anunciantes
son selectivos y les da igual salir en cualquier programa de
baja calidad. Todo esto hace que la situación haya
degenerado de la forma en que lo hace.
P.-Usted es un periodista ‘todoterreno’, ha tocado todos
los campos de la profesión, ¿qué tiene pensado para los
próximos meses?
R.-Me diversifico mucho y eso es malo. Siempre he sido muy
disperso en cuanto a mi trabajo, nunca me he dedicado a algo
concreto. Me he especializado mucho en información
internacional pero ahora doy conferencias, participo en
tertulias de radio, escribo artículos de prensa. Escribo
libros y, además, viajo mucho por la presidencia de la
asociación. En definitiva, todo esto me obliga a realizar un
importante esfuerzo físico y también a asumir una actitud de
dispersión que no es lo mejor. Pero bueno, mi vida es así,
intento cambiar de vez en cuando pero supongo que ya es
tarde porque lo cierto es que nunca lo consigo.
P.- El próximo fin de semana comienza el XVI Festival de
Jazz Ciudad de Ceuta, ¿ha aprendido a valorar este género o
sigue prefiriendo la clásica?
R.-A pesar de haber vivido en EE.UU. y de haber visto muchos
espectáculos de jazz e, incluso, a Woody Allen, no termino
de comprenderlo del todo. Me quedo con la música clásica y
con la lectura, donde toco cualquier género. Ahora llevo
tres novelas seguidas y ya es hora de cambiar.
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