Algo nuevo se palpa en Ceuta, en las instituciones y en los
medios de comunicación, en las cafeterías y en la calle,
vamos camino de cuarenta años de democracia y nadie se había
acordado de una necesidad perentoria para el futuro
bienestar de los ceutíes, que gobierno tras otro se veían
entre la espada y la pared atrapados entre dimes y diretes,
entre banderas y siglas.
Sin embargo, una nueva necesidad se plantea. Ceuta se ahoga
económicamente, se estanca, no percibimos resultados de
crecimiento económico, una simple transformación de la
fisonomía urbana de la ciudad no basta, hace falta crear
conciencia, es necesario despertar inquietudes, una nueva
forma de generar riqueza y bienestar para los ciudadanos de
Ceuta.
Pasan los años, y de repente, en 2010 surge ADESC Ceuta, una
Agencia que persigue todo tipo de intercambios con el país
vecino más allá de las manipuladas posiciones políticas.
Ceuta debe mostrar su cara más abierta, su cara de ciudad
marítima y comercial, su cara de ciudad donde las culturas
tengan su espacio más allá de un lema, una ciudad adaptada a
los nuevos tiempos y a las gentes que la componen.
Y de repente, Marruecos y la apertura a los intercambios de
índole social, cultural y comercial con el país vecino
forman parte de las conversaciones de algunos ceutíes, las
nuevas tecnologías permiten principalmente ese acercamiento.
En muchos corrillos se habla de intercambios comerciales
desde que ADESC apostara decididamente por nuevos cauces, la
voz se propaga, una nueva cultura basada en los intercambios
entre ciudadanos, no entre políticos ávidos de poder.
Las Instituciones hablan de intercambios con Marruecos, los
organismos económicos de la ciudad manifiestan la necesidad
de abrirse al país vecino, hace apenas un año era
inimaginable. Marruecos ha de pasar de ser inculcado a la
opinión pública ceutí como “un pensamiento incómodo” a “un
mar de oportunidades”. Los indicadores nos muestran el
camino a seguir, Ceuta debe buscar nuevas vías más allá de
vivir de la subvención, es el momento de dar un giro en la
forma de hacer las cosas. ADESC cuenta con aquiescencia y
receptividad a todo nivel, desde Madrid pasando por Rabat, e
incluso a nivel de la Comisión Europea, es una oportunidad
de oro, intentemos mimarla y crear esa nueva conciencia
necesaria.
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