Y pierde el fútbol. No faltaría
más. El partido de la temporada no se jugará en fin de
semana, será en el comienzo de la siguiente y todo, porque
unas elecciones en Cataluña ha podido más que todo lo que
aparenta poder el fútbol en nuestro país, en nuestros días.
Los políticos, la casta más nefasta de la sociedad española,
la mayor parte de ellos, refugiados en la política, porque
no han sido capaces de triunfar en la empresa o en una
profesión importante, en lo único que han logrado ponerse de
acuerdo es en esto, no en como se puede salir del paro o de
qué forma hay que pagar menos impuestos.
Y es que son tan incompetentes que, desde hace tiempo no han
sido capaces de unirse para abordar, de verdad, el asunto
del paro, no saben como abordar con sentido la educación o
la sanidad, pero si logran, de espaldas a lo que prefiere la
sociedad, ponerse de acuerdo para cambiar un partido de
fútbol a la hora que más les convenga a ellos. A partir de
ahora, estos politicastros de tres al cuarto no estarán
legitimados para hablar del régimen anterior y su refugio en
el fútbol o los toros, en ciertas fechas.
En principio, a mí, como a más de treinta millones de
españoles, nos importan un bledo las elecciones de Cataluña.
Sé que es más importante que transcurran con sentido, pero
no con tripartitos, esas elecciones, pero si en unas
elecciones generales, también en domingo, se han disputado
todos los encuentros de la competición, incluso en
condiciones preocupantes – año 2004 -, no veo que ahora unas
elecciones autonómicas, son eso y no otra cosa, deban
retrasar el encuentro más atractivo de toda la competición,
aunque uno de los contendientes sea el Barcelona, equipo
catalán.
Si me importaran, que no me importan esas elecciones,
recomendaría a todos los que, de alguna forma, siguen con
asiduidad el fútbol que, sólo por eso, no fueran a votar,
pero no lo voy a hacer ya que cada uno sabe lo que le
interesa.
Y este aplazamiento, retraso o como lo queramos llamar,
viene a demostrarnos que aquí, aunque muchos se engañan, el
fútbol es “la tapadera” para muchos despilfarros, o para más
de una incompetencia, pero esa casta inepta, para casi todo,
maneja el fútbol a su capricho, lo maneja para sus intereses
y se sirve de ello, siempre que le va en juego algo para
seguir “en el pesebre” sin dar golpe, cosa muy frecuente en
ellos.
Ha quedado claro, los políticos campan a su manera todo lo
que es fútbol y, por mucho que queramos ocultarlo, hoy por
hoy, es más importante Carod Rovira – malejo ejemplar – que
Messi, en tanto que Montilla – otro del pesebre – tiene más
peso que entre Xavi e Iniesta juntos.
La última semana, pues, de noviembre será más corta, porque
muchos, al son del Barcelona – Madrid, en vez de trabajar el
lunes, cogerán ese día, como “día de asuntos propios”.
Hay que repetirlo, el fútbol sirve a los politicastros para
hacerse la foto, tras los triunfos. Eso les da publicidad
gratuita, pero hacer ellos el más mínimo esfuerzo para un
mejor funcionamiento del fútbol, eso jamás lo harán, entre
otras cosas, porque no saben.
Muchas serían las frases apropiadas para cerrar hoy esta
columna, prefiero quedarme con ellas en mi mente y sólo
digo:” mejor para todos, os habéis descubierto”, y además,
no lo olvidemos, por una vez, todos estuvieron de acuerdo,
lo que viene a demostrar que son todos “unos mismos perros,
pero con distintos collares”. Así es.
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