Y vuelve a la realidad, tras más de un mes pensando en esos
choques frente al Barcelona, que han dado muchas
satisfacciones a unos, alegrías a otros y la decepción a
quienes podían soñar con una eliminatoria favorable a los
ceutíes, que naturalmente no se produjo.
Eso hubiera sido no un sueño, sino el “resueño” que habría
pasado a la historia del fútbol, no sólo de Ceuta, sino de
toda España.
Goleada con dignidad
En el campo del Barcelona se había perdido todo, menos el
honor, por cuanto el equipo caballa estuvo donde tenía que
estar y esa diferencia de goles lo que marca es la
diferencia de uno de los dos más grandes del fútbol europeo,
con un segunda B que aspira a ser segunda A.
Y no es casualidad que, en el campo de fútbol del equipo
catalán, el Ceuta perdiera por la misma diferencia que el
otro de segunda B, el Real Murcia que perdió en el Santiago
Bernabeu frente al Madrid.
Ese paralelismo no es casual, pero a favor de los ceutíes
está el que el equipo caballa jugó más de una hora con un
hombre menos, mientras que en Chamartín el que se quedó con
uno menos fue el Madrid.
Goles muy madrugadores
El Barcelona quiso tener sentenciada la eliminatoria, desde
muy pronto, por lo que salió dispuesto a dejar todo visto
cuanto antes.
No iban ni dos minutos cuando llegó el 1-0 y a los seis
minutos y medio ya había subido el segundo tanto local al
marcador: 2-0.
Así, ni la Moreneta, ni la Virgen de África, ni Lourdes o
Fátima tendrían fuerza para hacer un milagro que cambiara el
rumbo de la eliminatoria.
Y es que en 84 minutos habría tenido que marcar al
Barcelona, en su propio campo, 5 tantos para dejar
eliminados a los catalanes y eso, claro está, no entraba en
el guión.
Por consiguiente, lo mejor era hacer lo que se hizo, tratar
de jugar, demostrar su personalidad y dejar el nombre de
Ceuta en buen lugar, deportivamente hablando.
El gol de la noche
O el gol del honor, llegaba en el minuto 34 de juego. Era el
2-1 y lo lograba Guzmán, tras una buena jugada de Gilson.
Ya antes, en el minuto 23, un trallazo de Gilson se fue al
poste izquierdo de la meta defendida por Pinto, que se quedó
“pitando”.
Se había dado un aviso y se había marcado un gol, además de
que Bojan no había marcado el penalti con el que el “memo”
de Iglesias Villanueva había castigado al Ceuta, penalti al
que añadió la expulsión de Vítor Moreno.
Que fuera penalti nadie lo duda, pero que una tarjeta roja
directa era demasiado castigo nos pareció a todos y más,
porque estoy seguro de que, en el área, contraria no hubiera
indicado lo mismo.
Ceuta eliminado con un jugador menos
Para aquel que quiera justificar lo injustificable, puede
añadirse que, el Ceuta fue eliminado, justamente, por un
equipo muy superior, pero ese equipo tan superior jugó más
de una hora con 11 jugadores y el Ceuta con tan sólo 10.
Y no quitamos ningún mérito al Barcelona, que aquí y allí
fue mejor, pero no tenemos por qué ocultar que estar tanto
rato con uno menos es un handicap más a unir al partido y a
la eliminatoria.
La publicidad
Eso sí que sería preciso cuantificar, por parte de todos,
porque la cantidad de horas, entre todos los medios, que
Ceuta ha estado en pantallas de televisión, en las antenas
de radio, además de la serie de páginas de prensa con su
nombre, vale muchos millones de pesetas.
Todo eso ha venido como caído del cielo, desde que la bolita
inocente emparejó a ceutíes y catalanes.
Bien merece, para el futuro, tener esto en cuenta, no volver
a tirar eliminatorias, como las tiradas en años precedentes
y comenzar con seriedad, cualquiera de las competiciones en
las que se intervenga.
De vuelta a la liga
Es lo que le queda ahora al Ceuta, volver a lo suyo, no
dejarse sorprender más y dedicarse en cuerpo y alma a la
competición liguera para que la ilusión esta de la copa se
cambie por otra ilusión más duradera y más buscada, hacia la
segunda A.
El domingo a las doce del medio día, frente al Almería B,
todo será igual, pero con varias diferencias, la primera que
está en lo suyo y en donde no hay sueños sino realidades,
especialmente la de seguir entre los cuatro primeros. Todo
lo demás vendrá por sí solo.
|