La llegada del Papa a España ha
sido por uno aplaudidas y por otros criticadas, que es cómo
debe ser la cosa puesto que nunca llueve a gusto de todos.
Así dependiendo de los medios afines a uno u otro lado las
cifras dadas de asistencias, para verlo y estar presente en
los actos en los que ha participado el Papa, han sufrido
diferentes valoraciones. Para los defensores de la llegada
del Papa los actos han constituido un autentico éxito de
asistencia, para otros la asistencia, a los mismo, ha sido
menos de lo que se esperaba. O sea lo mismo de siempre para
no variar, dependiendo de quienes sean los encargados de
decir las cifras.
En estos de dar cifras pasa, exactamente, igual que en las
valoraciones realizadas por los diferentes medio
informativos, dependiendo de sus ideas o de alguna que otra
aportación a sus arcas. Así se cumple aquella cuarteta
famosa: “En este mundo traidor, nada es verdad ni mentirita,
todo es según el color del cristal con el que se mira”.
Hay que reconocer que algunos medios de comunicación llevan
su tiempo dedicados, en algunos de sus programas a criticar
a la iglesia. Caso como ese que se hace llamar el “Gran
Wyoming”, que a falta de “cataplinez” para meterse con otros
dioses de otras religiones, sólo se dedica a atacar al Dios
de los católicos. A sabiendas que nadie le hará protesta
alguna. De ser a otro dios de otra religión, igual los
“cataplinez” se les pondrían en la garganta. Valiente que me
ha salido el muchacho.
Pero no es sólo en el programa del “Intermedio” donde se
ridiculiza al Dios de los cristianos. Mi admirado Andreu
Buenafuente, con la visita del Papa se ha pegado par de días
ridiculizando al Pontífice, haciendo parodias acompañado de
uno de sus colaboradores.
Nada me extraña que esto se haga desde la Sexta, una
televisión que destaca por sus programas de humor o algo
parecido. Y digo que no me extraña, pues la cadena de
televisión está dirigida por un payaso que destacó, cuando
actuaba con los celebres payasos de la tele, por salir
tocando un cencerro.
Hay algunas incongruencia esta vista del Papa, cuando
aquellos que no lo quieren ni ver, estaban portando
pancartas, en las que podían leer:”Nosotros no hemos venido
a verte”. Si no habían ido a verle, qué hacían allí con sus
pancartas. De chiste.
Algunos, como los nacionalistas catalanes, quisieron
aprovechar la oportunidad de la visita del Papa, en la
consagración de la Sagrada Familia, como un reconocimiento
de identidad nacional de la iglesia catalana.
O sea un reconocimiento a Cataluña como nación. Aún, estos
aldeanos, no se ha enterado que Cataluña jamás fue una
nación ni, por supuesto, lo será pues nunca sería aceptada
como tal por la UE.
Cataluña, queridos míos, a lo que más llegó en su historia
es a ser un condado. Otra cosa es Aragón, que si que fue un
reino. Mucho presumir de grandes políticos y de muchas otras
cosas, y un suspenso en historia como la Basílica de la
Sagrada Familia, que aún está sin terminar. Y lo que te
rondaré, morena.
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