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OPINIÓN - MIÉRCOLES, 10 DE NOVIEMBRE DE 2010

 
OPINIÓN / COLABORACION

¡El aguijón de la avispa!

Por ADN


Nadie esta libre de decir necedades! Lo malo, es cuando se dicen con cierto esmero. Sin duda, en estos casos, se habla solo al papel que es dardo de poco hierro para lanzar y herir. En ellos, hay que reconocer siempre una sempiterna desmemoria digna de alabanza. ¡No se recuerda, ni se dice nada que no interese! Es decir, jamás se podrá acusar de que lo que vieron es lo que se testimonia, porque de lo que se dice nada tiene que ver con la tozuda realidad de lo que verdaderamente pasó; bien por los hechos en sí, o bien por las intenciones del momento con que se hicieron. Es, por ello y sin duda un ejercicio más de la memoria histórica selectiva, tan en boga por estos días y lugares. En descargo del autor de tales dardos, hay que reconocer que un ínfimo número de verdaderos fieles se las creen por entero. ¡Hasta el punto, de que como si de una doctrina religiosa secreta se tratase, se las saben de memoria, pasándoselas de mano en mano! Son las cosas que tienen las crónicas de la bronca y el insulto por estas tierras.

Pero, a mí que se me da que solo es a ellos, a los correligionarios de base a quienes se les da. ¡A nadie más! Otros, también, estamos en el mundo y ya lo vemos, ni somos capaces de leerlos enteros, sin creemos su veracidad porque rápidamente se les ve el plumero. Y esto, a pesar de la dificultad que lleva sorprender en su propio arte a estos artistas de la pluma. Pero el descubrirlos nunca será cosa inútil ni ociosa. Es más será saludable, para que una vez conocidos, ni tan siquiera tengamos que leerlos. ¡Para qué, si ya sabemos qué van escribir! Nos conviene, por tanto, tener presente que al principio de la lectura, hay que contar con la memoria cronológica sobre el autor, sus hechos y entuertos en la ciudad. ¡Luego a opinar, sobre lo leído!

Este tipo de articulistas, como nuevos catedráticos a la violeta, surgen como champiñones de la nada, es decir que engendrándose a sí mismos, ayer no estaban, hoy si están y mañana ¿Quién sabe? si estarán o no estarán. Hablan de todo, porque se sienten doctos en todo; usan en todo una opinión interpretativa a su antojo… ¡En fin! Nada se les escapa y todo lo atrapan. Luego, cazado el tema, normalmente este es político, se ponen a la pluma. Ya en el blanco papel, diseñan el pequeño aguijón, pintándolo con colores teñidos en un poco de malicia, extraída de los hechos que ellos suponen se hacen a escondidas, en un algo de engaño y en un mucho de trapacería. El resultado es, en la mayoría de los casos, unos ilegibles artículos, densos y profundos que sueltan un cierto tufillo a insultante aldeanura. ¡Pero, no todo ha de ser malo en estos artículos! Es más, algunos creen, que son útiles en medicina. ¡Vamos, a mí me han aconsejado que para el dolor de muelas, si se envuelven estos escritos en telas muy calientes y se aplican de esta guisa sobre la mejilla, además de quemarte la cara, el dolor aterrorizado sale, ya no vuelve más hasta pasados los siete años bíblicos! No sé si será cierto, pero es bueno saberlo, por si me da otro dolor de muelas que es daño muy fastidioso. Además, en esta medicina de arcano, no siempre será todo mentira y es conocido, desde antaño, que han existido textos que poseen ciertas propiedades ocultas. ¿Por qué no van a ser estos? ¿No creen, que esta reflexión tiene cierta lógica?

Y sigo con los aguijones. En algunos casos, si se leen con la atención requerida, podremos apreciar la experiencia del autor en la materia de interpretar las rayas de la mano, auscultar a las estrellas del firmamento y los pájaros de mal vuelo, a las nubes, al hígado de los animales muertos (también el del bacalao), y…sobretodo, a las profecías que continuamente susurra la mítica cabeza hueca de su particular Delfos (¡Hay que ver lo que hace el viento en los huecos!). Pero, con todo, es admirable el conocimiento que muestran de lo oculto y de lo expuesto. Es más, si no se entienden sus malos agüeros, no será culpa del articulista sino del entendimiento, y si por el contrario se entienden, entonces pasará lo mismo, será culpa también del otro ¡Jamás, se aceptará que la culpa pueda ser del escritor, siempre es del lector! Y esto es un axioma básico que nadie se cree jamás, pero que así es en la realidad.

¡Pero, nosotros volvamos a lo nuestro! ¿Se ha entendido…, hasta ahora…, todo lo expuesto? Creo que es fácil, porque todo es cuestión de saber él ¿Por qué? De las cosas, y sabiendo esto, poca dificultad tiene el resto. Ya que lo que queda es conocer que interés tienen algunos en recalentar la sociedad, haciéndola sudar con sus Interesados entuertos. Y si se alcanza algún entendimiento de todo esto, comprobareis que lo escrito en este artículo es cierto. A mí me da lo mismo, tanto los dardos como sus articulistas. Pero cuidado con el aguijón de la avispa, porque solo sirve para hacer daño y esto…,¡Nunca es para nada bueno!
 

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