Nadie esta libre de decir necedades! Lo malo, es cuando se
dicen con cierto esmero. Sin duda, en estos casos, se habla
solo al papel que es dardo de poco hierro para lanzar y
herir. En ellos, hay que reconocer siempre una sempiterna
desmemoria digna de alabanza. ¡No se recuerda, ni se dice
nada que no interese! Es decir, jamás se podrá acusar de que
lo que vieron es lo que se testimonia, porque de lo que se
dice nada tiene que ver con la tozuda realidad de lo que
verdaderamente pasó; bien por los hechos en sí, o bien por
las intenciones del momento con que se hicieron. Es, por
ello y sin duda un ejercicio más de la memoria histórica
selectiva, tan en boga por estos días y lugares. En descargo
del autor de tales dardos, hay que reconocer que un ínfimo
número de verdaderos fieles se las creen por entero. ¡Hasta
el punto, de que como si de una doctrina religiosa secreta
se tratase, se las saben de memoria, pasándoselas de mano en
mano! Son las cosas que tienen las crónicas de la bronca y
el insulto por estas tierras.
Pero, a mí que se me da que solo es a ellos, a los
correligionarios de base a quienes se les da. ¡A nadie más!
Otros, también, estamos en el mundo y ya lo vemos, ni somos
capaces de leerlos enteros, sin creemos su veracidad porque
rápidamente se les ve el plumero. Y esto, a pesar de la
dificultad que lleva sorprender en su propio arte a estos
artistas de la pluma. Pero el descubrirlos nunca será cosa
inútil ni ociosa. Es más será saludable, para que una vez
conocidos, ni tan siquiera tengamos que leerlos. ¡Para qué,
si ya sabemos qué van escribir! Nos conviene, por tanto,
tener presente que al principio de la lectura, hay que
contar con la memoria cronológica sobre el autor, sus hechos
y entuertos en la ciudad. ¡Luego a opinar, sobre lo leído!
Este tipo de articulistas, como nuevos catedráticos a la
violeta, surgen como champiñones de la nada, es decir que
engendrándose a sí mismos, ayer no estaban, hoy si están y
mañana ¿Quién sabe? si estarán o no estarán. Hablan de todo,
porque se sienten doctos en todo; usan en todo una opinión
interpretativa a su antojo… ¡En fin! Nada se les escapa y
todo lo atrapan. Luego, cazado el tema, normalmente este es
político, se ponen a la pluma. Ya en el blanco papel,
diseñan el pequeño aguijón, pintándolo con colores teñidos
en un poco de malicia, extraída de los hechos que ellos
suponen se hacen a escondidas, en un algo de engaño y en un
mucho de trapacería. El resultado es, en la mayoría de los
casos, unos ilegibles artículos, densos y profundos que
sueltan un cierto tufillo a insultante aldeanura. ¡Pero, no
todo ha de ser malo en estos artículos! Es más, algunos
creen, que son útiles en medicina. ¡Vamos, a mí me han
aconsejado que para el dolor de muelas, si se envuelven
estos escritos en telas muy calientes y se aplican de esta
guisa sobre la mejilla, además de quemarte la cara, el dolor
aterrorizado sale, ya no vuelve más hasta pasados los siete
años bíblicos! No sé si será cierto, pero es bueno saberlo,
por si me da otro dolor de muelas que es daño muy
fastidioso. Además, en esta medicina de arcano, no siempre
será todo mentira y es conocido, desde antaño, que han
existido textos que poseen ciertas propiedades ocultas. ¿Por
qué no van a ser estos? ¿No creen, que esta reflexión tiene
cierta lógica?
Y sigo con los aguijones. En algunos casos, si se leen con
la atención requerida, podremos apreciar la experiencia del
autor en la materia de interpretar las rayas de la mano,
auscultar a las estrellas del firmamento y los pájaros de
mal vuelo, a las nubes, al hígado de los animales muertos
(también el del bacalao), y…sobretodo, a las profecías que
continuamente susurra la mítica cabeza hueca de su
particular Delfos (¡Hay que ver lo que hace el viento en los
huecos!). Pero, con todo, es admirable el conocimiento que
muestran de lo oculto y de lo expuesto. Es más, si no se
entienden sus malos agüeros, no será culpa del articulista
sino del entendimiento, y si por el contrario se entienden,
entonces pasará lo mismo, será culpa también del otro
¡Jamás, se aceptará que la culpa pueda ser del escritor,
siempre es del lector! Y esto es un axioma básico que nadie
se cree jamás, pero que así es en la realidad.
¡Pero, nosotros volvamos a lo nuestro! ¿Se ha entendido…,
hasta ahora…, todo lo expuesto? Creo que es fácil, porque
todo es cuestión de saber él ¿Por qué? De las cosas, y
sabiendo esto, poca dificultad tiene el resto. Ya que lo que
queda es conocer que interés tienen algunos en recalentar la
sociedad, haciéndola sudar con sus Interesados entuertos. Y
si se alcanza algún entendimiento de todo esto, comprobareis
que lo escrito en este artículo es cierto. A mí me da lo
mismo, tanto los dardos como sus articulistas. Pero cuidado
con el aguijón de la avispa, porque solo sirve para hacer
daño y esto…,¡Nunca es para nada bueno!
|