LUNES. 1
Día de recuerdos. De nombres que la memoria sitúa en primera
línea para que uno piense lo que fueron y lo que
significaron en su vida. Aún duele el vacío que dejaron. Y
sigo pensando que nada nos envejece más que las muertes que
hemos ido conociendo desde que tuvimos uso de razón. Y,
aunque el tiempo es nuestro aliado para olvidar, hoy
necesito, cuando la tarde está declinando, darme un paseo. Y
elijo caminar por la carretera nueva, por el extraordinario
paseo marítimo que se ha conseguido. Y acierto. Porque
durante la caminata se hace de noche y las luces aparecen y
la playa, que está aún muy concurrida, adquiere tintes de
alegría festiva que alivian, en gran medida, el dolor del
día que celebramos. Me refiero a los mayores. Puesto que la
juventud parece que le ha tomado el gusto a mofarse de la
Parca. Y está tratando, desde hace varios años, hacer propia
la fiesta de Halloween. Posiblemente, los jóvenes lleven
razón. Debido a que es necesario irle perdiendo el respeto a
un trance que es inevitable. De lo contrario, cuesta más
trabajo vivir en paz.
MARTES. 2
La tertulia va tomando vuelos, debido a que quienes la
componemos estamos dispuestos a que no decrezca el hablar
entusiasmado sobre cuantos temas van surgiendo. Vengo
observando, desde hace ya algún tiempo, lo buen tertulio que
es Francisco Martínez Racero. Y hoy ha vuelto a dar
pruebas evidentes de que acierto en el ditirambo. Martínez
Racero, que por si ustedes no lo saben es Director General
de la Consejería de Presidencia y Relaciones Institucionales
y sus Funciones, y funcionario de mucha enjundia, habla lo
que debe y lo que debe lo dice claro. Y no crean que, por
tal motivo, el funcionario Martínez Racero se expone a
quedarse, como se dice vulgarmente, con el trasero al aire.
Ni mucho menos. Es más, yo apostaría cualquier cosa, aunque
lo de apostar no forme parte de mis vicios, que FMR
aprovecha los momentos de charla para conocer más a los
demás y así sacar conclusiones que aun podrían valerles, no
conviene asegurar nada, hasta para enriquecer sus funciones.
Sea como fuere, no tengo el menor empacho en decir que a mí
me gusta alternar con Francisco Martínez Racero.
MIÉRCOLES. 3
Recibo una llamada telefónica de Clemente Cerdeira García
de la Torre a esa hora vaga de mediodía. Lo hace para
decirme que leyó lo que escribí de él la semana pasada. Y
para agradecerme que estuviera preocupado por su salud. Me
cuenta que está bien. Todo lo bien que se puede estar a los
89 años de edad. Que son los que ha cumplido mi estimado
Clemente Cerdeira. Luego, tras ponerme al tanto de otras
cuestiones muy personales, me recuerda que me sigue leyendo
todos los días y fiestas de guardar. Y, llegado el momento,
me habló de que muy pronto, quizá el día diez u once de este
mes, se celebrará el acto oficial en el cual quedará
rotulado con el nombre de su hija, María del Carmen,
una plaza. Y quiso saber si yo iba a estar en el acto. Y le
dije que sí. Que ese día, y a su debido tiempo, estaré
presenciando la ceremonia tan merecida, en honor de una
señora a la que siempre recordaré con enorme cariño.
JUEVES. 4
Charla distendida entre el editor de este medio y yo. Debida
a que llevábamos mucho tiempo sin apenas vernos. Y es que el
fútbol ha primado en la vida de José Antonio Muñoz,
durante varios meses. Meses en los que no ha dejado de
ejercer como presidente de un club que aspira a clasificarse
entre los cuatro primeros equipos del Grupo IV. Un ejercicio
que le ha llevado a pasar casi todo su tiempo en las
oficinas del pasaje González de la Vega e Independencia, o
viajando. En fin, que hoy he visitado su despacho, sito en
la calle Independencia, y hemos hablado de todo un poco. Y
como siempre que ello ocurre, y en vista de que somos
realistas, hemos afrontado los asuntos que nos conciernen en
corto y por derecho. Y con la tranquilidad que proporciona
el cada vez mejor conocimiento que ambos vamos teniendo de
nuestro proceder diario. Mentiría si dijera que hemos estado
de acuerdo en todo cuanto ha salido a relucir. Seguimos
manteniendo nuestras diferencias. Como no podía ser de otra
manera, entre propietario y colaborador. Aunque día llegará,
que espero sea más pronto que tarde, en el cual no todo sea
pedirme sacrificios a mí. Y es que uno, aunque a veces guste
de hacerse el lipendi, no tiene la menor vocación de tonto.
Entre otros motivos, porque los tontos, créanme, ni son
buenos ni agradecidos.
VIERNES. 5
La visita del ministro de Educación, Ángel Gabilondo
Pujol, ha dejado buen sabor de boca en la ciudad. Así me
lo dicen varias personas que tuvieron la oportunidad de
tratarle durante el tiempo que ha pasado aquí. Dicen,
además, que rezuma campechanía y que apenas necesita
esforzarse para que aflore su extraordinaria preparación. Y,
desde luego, quienes me hablan de él coinciden en destacar
el sentido del humor de este Catedrático de Universidad. Y
que fue nombrado ministro, siendo Rector de la Universidad
Autónoma de Madrid (UAM), y miembro del Departamento de
Filosofía de la Facultad de Filosofía y Letras de ducha
universidad. El sentido del humor del ministro de Educación
salió a relucir, según leo, cuando se refirió a un titular
de un medio con muchos años de historia, para enmendarle la
plana al autor del epígrafe. Y hasta se permitió
recomendarle a éste –o a ella-, dos encabezamientos que bien
podrían haberle evitado el dichoso trance de servir de mofa
a los asistentes al discurso oficial del ministro en la
Facultad de Educación y Humanidades. Ahora bien, conviene
recurrir al refrán, en momentos así: “Cuando las barbas de
tu vecino veas pelar, pon las tuyas a remojar”.
SÁBADO. 6
Vi al Murcia durante la primera parte de su partido copero
frente al Madrid en La Nueva Condomina. Y me gustó muchísimo
su manera de jugar en bloque. Me hubiera agradado haber
presenciado la segunda parte, pero se imponía dejar mi
cómoda butaca de la sala de estar frente al televisor, para
acudir al Murube, donde la Asociación Deportiva Ceuta se
enfrentaba al FC Barcelona. Ahora bien, los cuarenta y cinco
minutos que les vi a los ‘pimentoneros’ fueron, sin duda
alguna, suficientes para entender por qué el equipo
entrenado por Iñaki Alonso está invicto. En el
Murcia, con no pocos futbolistas en sus filas procedentes de
superior categoría, lo mejor que ha logrado su entrenador es
la prontitud con la que han conseguido adaptarse a una
categoría tan complicada por la rusticidad de muchos de sus
campos y porque los equipos adversarios, hasta el más
endeble, juegan a lo que saben. Y no se salen del guión. Los
futbolistas ceutíes, en el día de hoy, no sólo deberán
luchar lo indecible para derrotar a los murcianos, sino que
también están obligados a cometer pocos errores tácticos.
Ojalá que Joao de Deus distribuya racionalmente a sus
jugadores en el césped. De lo contrario, si el equipo carece
de equilibrio entre sus líneas, ni dejarse la piel en el
césped podría ser suficiente para obtener la victoria.
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