Quienes opten por resistirse al
cambio confiando en que las cosas vayan a cambiar
próximamente, estarán engañándose asimismo, a la vez que
cavando su propia fosa” (leído en el blog de Fernando
Solera). Y esto, aplicado a la política, sin dilación
alguna, debe llevarse a efecto cuando se están apreciando
nefastas gestiones gubernamentales como las que, por
desgracia, actualmente se dan en nuestro país., tanto en el
orden económico como en lo social, principalmente por lo que
a superación de la crisis empresarial, ocupación laboral,
sanidad, enseñanza, etc., se refiere.
Por otro lado, dadas las últimas encuestas que le dan
favorito para asumir el gobierno en las próximas elecciones
generales, el Partido Popular está llamado a confeccionar un
equipo que dirija, con las garantías suficientes, los
distintos órganos de dirección de los ministerios para
lograr el resurgir de nuestra economía y, consecuentemente,
del incremento de la mano de obra con la creación de puestos
de trabajo, principales problemas que la ciudadanía así lo
ha estimado en la última encuesta llevada a cabo por el
Centro de Investigaciones Sociológicas. Y puestos a recordar
la encuesta citada, cambiar el signo negativo que la misma
da a los partidos y sus políticos
Renovarse o morir es, pues, la máxima que debe imperar en
los cuadros de dirección de los diversos órganos que dirigen
la política y la administración de la nación española, sus
autonomías y ayuntamientos, aunque haya quienes no asuman
tal máxima y se empeñen en permanecer en el machito o
poltrona de poder para seguir chupando de las ubres de esta
vaca que, últimamente, está dando graves síntomas de
endeblez y, consiguientemente, mermando las posibilidades de
producción donde seguir nutriéndose a costa del erario
público.
A nivel nacional (del local ya comentaremos otro día nuestra
opinión), pensamos que el Partido Popular es quien primero
debe renovarse para no morir en el intento de ocupar la
presidencia y el gobierno de la nación si en las próximas
elecciones generales la ciudadanía le encarga esta difícil
misión. Y renovarse con gente nueva, que para eso dispone en
sus cuadros de abundante y preparado material humano como
por ejemplo Esperanza Aguirre, para la presidencia, y para
ocupar distintos ministerios dirigentes como Alicia Sánchez
Camacho (presidenta del PP de Cataluña), Esteban González
Pons (Vicepresidente de Comunicación), Pío García-Escudero
Márquez (Portavoz del PP en el Senado), Antonio Basagoiti e
Iñaqui Oyarzábal (Presidente y Secretario respectivamente,
del PP del País Vasco), Alejo Vidal (parlamentario europeo),
etc., por citar algunos que nos vienen a la memoria, sin
menoscabo de la integración a este futuro equipo de gobierno
de algunos jóvenes políticos recientemente incorporados a
las altas esferas del Partido Popular (como pudiera ser, por
ejemplo, Soraya Sáenz de Santamaría) que se hace necesario,
como en su día lo hiciera el gobierno de José María Aznar,
para recuperar el poder adquisitivo de las pensiones y el de
los funcionarios, la creación de empleo como mejor política
social, la óptima gestión de la Seguridad Social, la
eliminación del déficit presupuestario, etc. problemas todos
harto difíciles de resolución y mas, si tenemos en cuenta la
fuerte contestación de los sindicatos que tendrá el futuro
gobierno si llega a producirse el cambio
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