Decía un amigo mío, que los que
menos saben de economía son los economistas pues saber, lo
que se dice saber de economía, quienes más saben de ella son
aquellas madres de familia, que con menos dinero en sus
bolsillos que el que se está duchando, eran capaces de hacer
el milagro de darle todos los días de comer a su plebe.
Se puede o no estar de acuerdo con su teoría, pero no cabe
duda alguna que, aquellas madres de familia sabían manejar
su escasa o paupérrima economía con auténtica destreza,
sacando a cada peseta todo el jugo que se podía sacar de
ella.
Las comparaciones dicen, no se por qué, que son odiosas.
Lógicamente el comparar a aquellas madres de familia con
personas que han estudiado en una universidad una carrera,
no tiene comparación alguna. Ellos deben saber mucho más que
los que no han pasado por esa universidad estudiando la
carrera de economista.
Sin embargo, como la práctica hace al maestro, muchos de
esos economistas deberían tomar algún ejemplo de esas madres
que realizaban auténticos milagros económicos para mantener
a la familia, dándole cada día de comer.
Y es que la economía, esa que crea empleo está basada en las
pequeñas y medianas empresas que son, en definitiva, las que
tienen la llave para aminorar el paro. Esas pequeñas y
medianas empresas que han ido cerrando sus puertas por miles
en nuestro país destruyendo empleo.
Son, precisamente, esas pequeñas y medianas empresas a las
que hay que prestarle ayuda y máxima atención, haciéndolas
resurgir de sus cenizas, para que contribuyan a crear
empleo.
Todas las pequeñas y medianas empresas, a lo largo de su
historia, han sido empresas familiares, traspasándose de
abuelos a nietos, con el transcurrir del tiempo, dándole
empleo a millones de trabajadores, que al cabo de los años
dejaron de ser empleados para convertirse en uno más de la
familia a los que ningún propietario despedía, aguantándoles
en sus opuestos por muy mal que fuese la cosa.
La crisis económica, la falta de ayuda a esas pequeñas y
medianas empresas y la competencia de empresas extranjeras,
han conseguido que miles de ellas hayan cerrado sus puertas
aumentando, con ello, considerablemente el paro en nuestro
país.
Larry Fink, ejecutivo de Wall Street, que recientemente
estuvo en España, reuniéndose con el Rey el presidente del
Gobierno, hombre que maneja 2,2 billones de euros, ha
manifestado que: “son las pequeñas empresas las que deben
sacar a España de la crisis”.
Estas declaraciones realizadas por el considerado, a nivel
mundial, uno de los hombre mas influyentes del mundo en el
asunto económico, casi viene a darle la razón a la teoría de
mí amigo, sobre que aquellas madres de familia, que sin
dinero eran capaces de darle de comer cada día a su prole,
eran las mejores economistas del mundo.
No debemos olvidar que la familia no es más que una pequeña
empresa que se sustenta por el trabajo de todos sus
componentes, que cuando alguno de ellos se marcha crea su
propia pequeña empresa.
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