Había una vez …
No se trataba tan sólo del hecho de que ese día cambiáramos
la clase cerrada del colegio, por la calle abierta de la
universidad de la vida. Era mucho más. Para mí, por lo
menos.
LOS MINISTROS
Los profesores, los maestros, término más entrañable, nos
guiaban por las calles de la ciudad, hasta el mismo puerto,
lugar donde se suponía que, con todo el entusiasmo del
mundo, agitaríamos las banderas españolas que portábamos con
el fin de saludar el paso de la comitiva de tan ilustre
personaje que nos honraba con su presencia.
En aquel entonces, en mi época escolar, la visita a Ceuta de
todo un ministro, se convertía en un acontecimiento de
reconocimiento popular. En un baño de masas.
Si rememorar el pasado, sabiéndolo tan íntimamente nuestro,
se nos antoja con la distancia, la anunciada visita a bombo
y platillo, siempre me producía una agradable y apetitosa
sensación de hambre.
A ciencia cierta no sabía bien qué cosa era un ministro,
pero me imaginaba que era alguien muy importante y
adinerado.
Todos los ministros que venían a Ceuta procedían de Madrid,
que para mi consideración, era el no va más de los pueblos
grandes. Encima, con cierta frecuencia, oía a los mayores
decir en sus conversaciones: “ese lo gana como un ministro”.
Pero a mi, la verdad sea dicha y escrita, no me preocupaba
en exceso saber con detalle en qué consistía ser un
ministro. Debo reconocer que mis desvelos iban por otros
derroteros.
EL DELFIN VERDE
Resulta, que mi querido padre Joaquín, vivo en mi vida,
tenía su bonito café-restaurante “El Delfín Verde”, situado
en el lugar donde atracaba entonces el único barco que hacía
el recorrido entre Ceuta y Algeciras. En el muelle Cañonero
Dato. Donde ahora se ubica “El Corte Inglés”.
Por dicha zona se instalaba también aquella maravillosa
feria de agosto que disfrutábamos los ceutíes; nada que ver
con la que se nos viene ofreciendo, a escala reducida, en
sintonía probablemente con nuestra condición de estar
convertidos en una peculiar comunidad de bolsillo, mientras
otras comunidades, a esta altura de la película del
desarrollo autonómico, no reclaman ya más
competencias-transferencias, sino la autodeterminación,
casos como el catalán y el vasco.
No recuerdo bien haber llegado a ver el rostro de algún
ministro, en su paso. Tengo clara la imagen de unos
vehículos, grandes coches negros, que eran recibidos por la
multitud que se situaba a lo largo del recorrido gritando: “
¡Viva Franco¡ ¡Viva España¡”.
Podría ser que la dificultad para recordar el semblante de
aquellos ministros que nos llevaron a recibir, estribe en mi
picardía infantil de “escaparme”, de “despistarme”, del
grupo, al menor descuido del maestro, y correr a
“refugiarme” en la sabrosa cocina de “El Delfín Verde”.
De ahí que tan señaladas visitas fueran para mí motivo de
doble júbilo. De un lado, no teníamos clases. De otro, los
susodichos ilustres personajes, no venían por Oriente, sino
por mar, por el puerto, o lo que es lo mismo, por “la
cocina” de mi querido padre Joaquín.
VERSUS REYES MAGOS
Pasaron los años. Con eso de que cada día se aprende algo
nuevo, llegué al conocimiento de que un ministro al uso es
como un doble fotocopiado en color de la versión de los
Reyes Magos. Algo sustancial no ha cambiado: siempre vienen
a Ceuta cargados de ilusiones. De promesas fáciles de hacer,
difíciles de cumplir.
Ah, la impresión que albergaba como niño escolar, se
confirmaría de adulto. Un ministro ni está mal pagado, ni
nunca jamás irá a la cola del paro por mucho que suspenda en
su gestión.
LA ENTREVISTA
Antonio Palomo, es el director del colegio público Federico
García Lorca, sito en la conocida curva de Amaya de nuestra
ciudad, y responsable máximo en materia educativa, de
Comisiones Obreras, sindicato mayoritario en este sector.
Con el señor Palomo no hablo de lo divino y de lo humano.
Conversamos sobre la época docente del régimen franquista, y
del actual sistema democrático. Antonio Palomo me puede
seguir. A su edad, y a la mía. A nuestros años… A nuestros
12+1 de cada junio. De Padua.
PRIMERA PREGUNTA.- ¿Llevarás a los alumnos y alumnas de tu
colegio, a recibir al ministro Gabilondo, como era costumbre
en nuestros tiempos de niños?
RESPUESTA.- No. Entiendo que es el ministro el que debe
acercarse a ver a los alumnos y conocer la verdadera
realidad educativa ceutí.
SEGUNDA PREGUNTA.- Por lo que observo de nuestra
conversación, la mayor carencia del sistema educativo ceutí
radica básicamente en el “alejamiento físico” en el eje
Ceuta-Madrid. ¿Se podría resolver esta situación si la
Ciudad tuviera plenamente asumidas las competencias en la
materia? ¿No será que al profesorado ceutí no le interesa en
el fondo que tal ocurra? ¿No será que mientras se critica
una cosa, preferís seguir dependiendo de Madrid para que
vuestra nómina no corra ningún tipo de riesgo?
RESPUESTA.- Siempre hemos sido y seguimos siendo acérrimos
defensores de la autonomía para nuestra ciudad. La Educación
no debe ser, por tanto, una excepción. No entiendo esos
presuntos miedos a no cobrar la nómina o situaciones
similares. En cualquier caso, si existen esos sentimientos,
los considero minoritarios.
TERCERA PREGUNTA.- Para que los ceutíes contáramos con un
hospital digno, se ha tardado lo que no está escrito en los
libros. Es tiempo de elecciones y ahora se disparan las
ofertas de terrenos para la construcción de nuevos colegios.
Eres el capitán de un colegio con una superpoblación escolar
de 489. ¿ Por qué esta relajación sobre los asuntos más
delicados (salud-enseñanza) por parte de los gobernantes
locales a lo largo de los años?
RESPUESTA.- Los diferentes gobiernos y ministerios nos han
engañado reiterada y persistentemente con la promesa de
construcciones escolares. Este abandono, según mi opinión,
se enmarca en la desconsideración que globalmente se tiene
con nuestra ciudad.
CUARTA PREGUNTA.- ¿Para qué queremos los ceutíes contar con
el profesorado mejor remunerado del país si en tu opinión el
fracaso escolar viene avalado por las circunstancias?¿ No
sería mejor cerrar las aulas a la enseñanza y dedicar los
colegios de nuestra ciudad a fomentar disciplinas con
garantía de futuro: el fútbol o comentarista de televisión
como es el caso de Belén Esteban, por ejemplo.
RESPUESTA.- En primer lugar, matizar con rotundidad que no
somos los profesores mejor pagados del país. Más bien, al
contrario. En concreto, nuestro complemento específico es el
más bajo de todo el estado. La cuantía de nuestros
emolumentos resulta de la suma de varios conceptos –casi
todos ellos inferiores a los del resto del estado- y del
plus de residencia, concepto éste aplicable, en mayor o
menor medida, a todo residente y que, desde luego, no es
exclusivo de los docentes.
En cuanto al fracaso escolar, y admitiendo que tenemos un
serio problema, resulta obvio que la explicación de este
fenómeno es multicausal y, desde luego, no atribuible, en
modo alguno, a la cualificación del profesorado.
QUINTA Y ULTIMA PREGUNTA.- Como director de “Lorca”, estás
orgulloso de que tu colegio tenga en funcionamiento un
convenio MEC-BRITISH COUNCIL, que permite, cito palabras
tuyas: “una alta cualificación bilingüe y la obtención de la
doble titulación a nuestro alumnado”. Pero, ¿qué ocurre con
la lengua árabe? ¿Mejor no tocamos el tema? ¿Pese a ser el
líder sindical en asuntos de educación local más a la
izquierda del Gobierno?
RESPUESTA.- Los temas lingüísticos son controvertidos en
nuestra ciudad al no ser tratados con la necesaria
naturalidad. El árabe, como cualquier lengua materna, es
racional y culturalmente susceptible de ser potenciada y
protegida. Eso no excluye que dos lenguas tan extendidas y
necesarias como el castellano –nuestra lengua oficial- y el
inglés, formen parte de un curriculum que prepare y
cualifique adecuadamente a nuestros alumnos.
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