Un brigada del Ejército aún no ha sido indemnizado con
70.000 euros por las lesiones que sufrió en sus piernas, en
2002, tras haber sido atropellado por un vehículo blindado
mientras prestaba servicio en el Segundo Tercio ‘Duque de
Alba’ de la Legión. Por ello, el militar ha presentado un
recurso ante la Sala de lo Contencioso-Administrativo de la
Audiencia Nacional a través del bufete de Fernando Osuna.
“Fractura del tercio distal de la tibia derecha, síndrome de
aplastamiento en la pierna izquierda, lo que produjo heridas
en la cara anterior por estallido a presión y una herida en
parte proximal y posterior de la pierna. Y contusiones y
erosiones en el codo derecho”. Con estas lesiones quedó
marcado un militar que fue atropellado por un vehículo
blindado mientras prestaba servicio en el Segundo Tercio
‘Duque de Alba’ de la Legión en 2002 y por las que aún nadie
ha respondido.
Es por ello por lo que el brigada del Ejército ha
presentado, a través del bufete de Fernando Osuna, una
reclamación ante la Sala de lo Contencioso-Administrativo de
la Audiencia Nacional solicitando la indemnización valorada
en 70.000 euros y que, actualmente, “sufre una demora
considerable”, señalaron desde dicho bufete.
El accidente se produjo mientras el militar, destinado por
aquella fecha en la ciudad autónoma, realizaba tareas
asignadas de revisión de las transmisiones a los vehículos
BMR’s y, para ello, se dirigía andando hacia los talleres
del segundo escalón de transmisiones, encontrándose en el
trayecto con un Sargento que conducía uno de aquellos
vehículos, al que le hizo una señal para que se detuviera.
Una vez detenido, y con la finalidad de conocer si ese
vehículo había pasado la correspondiente revisión, se subió
encima de la rueda delantera izquierda debido a que, con el
ruido del motor, no podía mantener una conversación con el
conductor si no era mediante esa práctica. Después de
comprobar que el vehículo efectivamente debía ser revisado e
indicarle al conductor la necesidad de que acudiera al
taller, empleando siempre las precauciones debidas, notó
cómo algo le enganchó de las piernas y le giró en sentido
contrario a las agujas del reloj. Se trataba de otro BMR que
circulaba tan próximo al que estaba detenido que desplazó al
militar entre los dos vehículos con las piernas aprisionadas
entre ellos. Una vez que ambos BMR’s se separaron, cayó al
suelo de costado, golpeándose en la cabeza. Relato que
consta en la reclamación presentada ante la Audiencia
Nacional. Como consecuencia de las lesiones, el brigada del
Ejército estuvo hospitalizado durante 58 días y sus lesiones
tardaron en estabilizarse 249 días más. No obstante, y a fin
de determinar la aptitud para el servicio, le realizaron
ciertos reconocimientos periódicos en el Hospital Militar
O´Donell de Ceuta cada tres meses hasta que el 10 de mayo de
2005 le concedieron el alta para el servicio con
limitaciones, con indicación de volver a revisión. El último
informe médico que se realizó tuvo lugar el 19 de enero de
2006 en el que se indicaba que las limitaciones físicas
permanecían presentes.
Es por ello por lo que el letrado que representa al militar
considera que “existe un nexo causal porque los daños y
perjuicios no tienen otro origen que el desarrollo de un
acto de servicio en condiciones impropias, que podrían haber
sido evitados con sólo adoptar unas mínimas medidas de
seguridad por los intervinientes, ya que mi cliente actuó
con la más exquisita prudencia”.
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