Fueron los puntos de mayor
afluencia, ayer, a la hora de celebrar la mochila.
Y, naturalmente, tanto en García Aldave, como en el Hacho,
es donde hubo más personas que componían el dispositivo de
seguridad.
Sin lugar a dudas, ambos montes estaban totalmente blindados
para que aquellos que se disponían a pasar un día agradable
fuera de su casa, en pleno campo, tuvieran los mínimos
problemas posibles o no tuvieran problema alguno.
Aquí, en las fuerzas de seguridad y control, no hubo
descanso, con lo que la Policía Local, con Agentes de
Intervención Rápida y del 092, mantuvieron una serie de
controles fijos, a las entradas y salidas de las sendas y de
los merenderos, muy especialmente en las zonas de acampada
de García Aldave y en las inmediaciones de San Antonio, en
el Hacho.
Policía Local por un lado, Policía Nacional por otro y
Guardia Civil, en otras partes, han logrado un control
perfecto, desde el último rincón del Monte Hacho hasta el
extremo de García Aldave, pasando por Fuerte Mendizábal o
Benzú.
A todas estas verdaderas fuerzas de seguridad hay que añadir
el control, en su terreno, de los Bomberos y Cruz Roja, así
como quince voluntarios de Protección Civil.
Queda claro, que en plan festivo había varios miles de
personas de Ceuta, mientras más de otras 300 personas
permanecieron, durante todo el día trabajando para vigilar y
controlar su seguridad.
Y todo resulta positivo, especialmente, cuando la lluvia que
había amenazado, en días anteriores, hizo un paréntesis, al
menos eso, durante todo el día, con lo que los ceutíes
pudieron cumplir con su tradición, que cada año parece que
va más en aumento.
Todo el dispositivo de control por la seguridad de las
personas no ha sido cosa de unas horas ayer, ese dispositivo
comenzaba con la hora de cierre de los establecimientos
comerciales, el sábado, sobre las tres de la tarde y
permaneció operativo hasta la tarde noche de ayer, día 1
sobre las siete de la tarde.
Vigilancia en pantanos, merenderos, control de los que se
dedican a molestar, o más que eso, es lo que hace y ha
hecho, en esta ocasión, que los “indeseables” o
“aguafiestas” no tuvieran cabida entre los excursionistas o
entre los que querían pasarlo bien, durante todo el día.
Lo decíamos ayer, en nuestra “Mochila”, que ésta era una de
las mayores atracciones para todos, para niños y para
personas de edad, jóvenes y mayores, que vienen creciendo
cada año y que , también, aportan su grano de arena a
ciertos estratos de la economía local, aunque parezca que
poco puede influir.
Y es que, a partir de ahora, hasta ya entrado el mes de
diciembre, cuando llegue el aluvión de lo que representan
las Navidades, tenemos un mes muerto, de ordinario, aunque
este año una fiesta importantísima del pueblo musulmán hará
que se vaya paliando la escasez de compras en estos días.
Ayer hemos empezado, emparejando la Mochila con Todos los
Santos, hoy es el día de los Difuntos y, a partir de ahora,
salvo esa fiesta que he citado, todo lo demás es atonía,
tranquilidad y mirada hacia otras fiestas que tardarán,
todavía, más de un mes en comenzar.
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