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OPINIÓN - LUNES, 1 DE NOVIEMBRE DE 2010

 

OPINIÓN / EL ESQUINAZO

La mochila
 


Jesús Carretero
jesuscarretero@elpueblodeceuta.com

 

Puede ser, con la romería de San Antonio, la fiesta más atractiva, en Ceuta, para grandes y pequeños, para jóvenes y para personas más entradas en años.

Y es que a la mochila acuden docenas y docenas de personas que, por un día, aunque el tiempo no acompañe mucho, prefieren comer al aire libre, en pleno campo, mejor en el monte, e incluso los más atrevidos intentan dormir fuera de casa, sin importarles para nada que estamos ya en pleno otoño y, a veces, con tintes de invierno.

Y no es una fiesta de ayer, hace casi un siglo, años antes de la Guerra Civil, cuando la juventud de entonces, en Ceuta, decidió irse separando de la tradicional jornada de visita al cementerio, para marcharse, a su aire, al campo y vivir allí un día muy especial, muy distante de lo que es, ese día precisamente, la visita en el cementerio a aquellos seres queridos que ya nos habían abandonado.

Un cambio total, algo que en nada se parece a lo anterior y que ha pervivido, y cada vez más, en nuestra tierra.

Y es que, todo hay que decirlo, si la visita al cementerio lleva aparejados unos gastos sabrosos, con unos ingresos, más de los normales, para las floristería, la marcha al monte, con la mochila, también deja unos buenos dividendos en otro tipo de establecimientos o en los puestos de productos de la época, como frutos secos, castañas, higos ... y otra serie de chucherías que, en estos dos o tres días, se venden más que en todo el año restante.

Volvemos a lo mismo de siempre, son fiestas, en un sentido o en el otro, en teoría, tradicionales pero, en la práctica, comerciales y muy rentables.

En repetidas ocasiones, aquí mismo, he hablado de esa “excursión” al campo o al monte, aunque en Ceuta tenemos que añadir, también, la posible acampada en plena playa.

Días pasados, veíamos como los servicios de la Guardia Civil no estaban permitiendo, con razón, la acampada en algunas playas, en el Chorrillo, para ser más exactos.

Eso, de momento, se ha superado y salvo en lugares de la propia playa que pueden ser peligrosos, en todas las demás partes, para no alejarse tanto de sus casas, también, podrán acampar.

Es un día en el que, en ese sentido, se puede hacer una excepción, sin embargo, con lo que no se podrá, ni se deberá hacer excepción alguna es con el gamberrismo que, de vez en cuando, al amparo del atardecer o de la noche, promueven más de uno y más de dos desalmados, ocasionando molestias e incomodidades, molestar y ... cosas peores, en muchos casos.

En este aspecto sí que habría que apoyar a la Guardia Civil, especialmente, por ser en sus dominios donde ciertos gamberros hacen de las suyas en estos casos.

Y es que con ese gamberreo se intenta romper una tradición que marca pasar el primero de noviembre, desde por la mañana, hasta por la tarde, a toda la familia con sus amigos en el monte.

Ceuta, es cierto, no tiene demasiadas hectáreas de monte o de campo, pero los ceutíes saben, como pocos, aprovechar esos metros que tienen, para disfrutar y gozar del aire libre, con buen tiempo o con una climatología, tan sólo regular, como este año.

Cualquiera de nosotros, si es que hoy, en nuestro programa, no tenemos otra cosa mejor que hacer, podremos coger “nuestra mochila” y disfrutar de ella en el Hacho o en García Aldave, por ejemplo.
 

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