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ACTUALIDAD - DOMINGO, 31 DE OCTUBRE DE 2010


El momento de la llegada del Barça. f.r.

seguridad
 

Todas las Brigadas del CNP participaron en el operativo
del choque Ceuta-Barça

La colaboración de otras fuerzas de seguridad, administraciones e instituciones fue “máxima” en un dispositivo especial cuya responsabilidad recaía en Jefatura Superior
 

CEUTA
Tamara Crespo

ceuta
@elpueblodeceuta.com

Dos semanas de preparación del plan, reuniones al más alto nivel y también para establecer los más mínimos detalles, 15 horas de trabajo ininterrumpidas y 65 agentes del Cuerpo Nacional de Policía (CPN) de uniforme: estos son algunos de los datos del dispositivo de seguridad desplegado el pasado día 26 con motivo del desembarco en Ceuta del Barça. El mejor equipo del mundo trae consigo todo tipo de posibles incidencias protagonizadas por quienes puedan querer aprovechar su “tirón mediático” para llamar la atención. No era un partido de alto riesgo, pero se trató como tal y EL PUEBLO recoge ese otro lado del Ceuta-Barça.

Un trabajo “enorme”. Así define el jefe superior de Policía de la ciudad, José Luis Torres, la labor de planificación del operativo especial que, bajo su responsabilidad -delegada por el representante del Gobierno central, José Fernández Chacón- se desarrolló en Ceuta el pasado día 26 con motivo del encuentro que enfrentó al Ceuta con el Barça. El considerado mejor equipo del mundo, que en su visita a la ciudad autónoma fue seguido por 4 millones de espectadores de televisión, movilizó en Ceuta no sólo a miles de aficionados, sino a todas las Brigadas del Cuerpo Nacional de Policía. EL PUEBLO ha tenido la oportunidad de conocer, por parte de los máximos responsables, todos los pormenores de este especial despliegue, en el que “hay que trabajar con la hipótesis de que alguien quiera aprovechar el tirón mediático” de estas estrellas del fútbol para llamar la atención.

El diseño del operativo supuso dos semanas de intenso trabajo por parte de quien, a su vez, asumió esta responsabilidad por delegación del jefe Superior, el coordinador de Seguridad, tarea que ha desempeñado un inspector especializado en Dirección y Mando de Unidades de Intervención y en control de masas y con una amplísima experiencia en este campo.

El primer contacto del responsable del operativo es con el jefe de Seguridad del Barcelona y también, de forma más tangencial, con la policía autonómica catalana, los Mossos d’Escuadra. El coordinador de Seguridad está también en continuo contacto con la Oficina Nacional Central de Deporte, dependiente de la Comisaría General de Seguridad Ciudadana del CNP.

“El plan se cierra, se comprueba y se hacen simulacros de todos los itinerarios”, señala el inspector. En el capítulo de los recorridos es cuando sale a relucir el trabajo de coordinación con la Policía Local, que puso vehículos guía a la comitiva y que tiene la responsabilidad de la regulación del tráfico, para lo cual apostó a agentes en todas las rotondas de los recorridos, que también tienen calculadas las alternativas posibles. “Para evitar cualquier problema de tráfico tiene que haber siempre una vía libre”, recalca.

“Hasta el mínimo detalle”


En este tipo de operativos se desciende “al más mínimo detalle” para que -tal como sucedió en este caso- “todo fluya”. Había por ejemplo un obstáculo en las puertas del hotel en el que los jugadores y directivos del Barça recalaron por unas horas y almorzaron, el Parador la Muralla. El problema era una pequeña mediana y unos contenedores que impedían realizar de manera adecuada la maniobra del autobús que los traía desde el helipuerto. “Hubo que contactar con la Ciudad para que colaborara en la retirada de los obstáculos”, relata, nombrando de nuevo a la otra administración colaboradora.

Pero antes de llegar a ese instante se han establecido de forma precisa una serie de mecanismos que comienzan en el momento en que el CNP asume la responsabilidad de planificación, coordinación y control de las actuaciones, en base a la Ley 19/2007, de 11 de julio, contra la violencia, el racismo, la xenofobia y la intolerancia en el deporte, cuyo reglamento de desarrollo está vigente desde el pasado mes de marzo. “Toda esta reglamentación viene desde el suceso de Heysel”, relata el experto en referencia a la avalancha que en 1985 acabó con la vida de 39 aficionados en el estadio de Bruselas.

En el caso de Ceuta hubo que aplicar las modernas técnicas de “estabilización de masas”, pues “aunque 6.000 personas puedan parecer pocas, cualquier movimiento brusco de una de ellas puede provocar un grave problema”. Por ello, el responsable del operativo reconoce que no vio el partido: hay que estar “leyendo” la grada. Uno de los principales problemas durante el encuentro estaba en los córners y el deseo de algunos aficionados de aprovecharlos para fotografiar con los móviles de cerca a los jugadores. “Esos movimientos -indica- hubo que cortarlos de raíz”.

El segundo paso que se dio tras la asunción de la responsabilidad por el CNP fue la convocatoria por parte del delegado del Gobierno de una reunión con todos los posibles actores, todas aquellas instituciones con responsabilidad o con algún plan a desarrollar dentro del dispositivo, desde la Ciudad Autónoma a los representantes del Ceuta.

En el plano técnico y ejecutivo, el coordinador de Seguridad mantiene permanentemente informada a la cadena de mando para su supervisión. El plan hubo de pasar el visto bueno del jefe de la Unidad de Coordinación Territorial, el 2º Jefe o comisario principal, Jaime Castellví.

La seguridad operativa se estudia en otras reuniones, una de ellas con la Policía Local y la seguridad privada contratada por el Barça. En coordinación con el club ceutí y con el Instituto Ceutí de Deportes (ICD) se llevó a cabo un control exhaustivo de acceso al campo. Se instalaron tornos y las entradas llevaban un holograma, con el objetivo de saber en todo momento cuánta gente había en el ‘Alfonso Murube’ e incluso en cada grada, algo para lo que “la colaboración ha sido importante con la directiva del club”. Para impedir que se introdujeran objetos contundentes o punzantes, así como pancartas u otros elementos similares ajenos a la celebración deportiva, se empleó una paleta detectora de metales y se revisaron los bolsos y mochilas. “El reglamento es muy perativo, si se cumple no tiene por qué haber problemas, aunque siempre se puede escapar algo”, afirma el responsable del plan de seguridad. Este control se extendió, por la peculiaridad de Ceuta y en colaboración con la Guardia Civil, a la frontera con el vecino país, desde el que se desplazaron multitud de seguidores del Barça.

Con los servicios de emergencia, Bomberos, Cruz Roja y Protección Civil, se estudió el correspondiente despliegue. Por parte sanitaria había tres ambulancias y un equipo de intervención de Cruz Roja en cada grada. La Unidad Medicalizada tuvo que intervenir ante la lesión de uno de los jugadores visitantes, Jeffren. También había prevista una puerta de evacuación para que en caso necesario se llevara a cabo un desalojo lo más ordenado posible sin aplastamientos.

“Aunque no tenía la consideración de partido de alto riesgo, se le dio ese tratamiento ante la contingencia de que pudiera venir un grupo de seguidores con intención de armar bronca”. De hecho, hubo que actuar para contener a entre 40 y 50 jóvenes que intentaron acceder al campo sin entrada.

En cuanto a los servicios del Cuerpo Nacional de Policía todas las Brigadas de la Jefatura intervinieron, porque cada una “tiene cometidos que pueden resultar interesantes” en un operativo de esta naturaleza. Así, participaron desde el servicio de información a la policía judicial, pasando por los Tedax y guías caninos, que hicieron una requisa del interior y exterior del estadio y de todos los itinerarios.

Quince horas


El dispositivo entró en fase de inicio a las 9.00 horas y se dio por terminado a las 0.45, con la salida de los últimos miembros del Barça en helicóptero. La entrada y salida de los visitantes se cierra con el equipo de la UIP (Unidad de Intervención Policial). Fueron 15 horas de trabajo ininterrumpido, con turnos sólo para comer. Un total de 65 policías uniformados formaron parte del operativo visible.

En el campo, y ante la preocupación por una posible avalancha hubo que “limpiar” la grada sur de gente, aunque durante el encuentro no hubo incidentes reseñables. El control llega incluso hasta el detalle de contar los asientos de cada grada y se colabora con la seguridad privada para evitar cualquier invasión del campo. “Se dijo que al final del partido la hubo, pero no fue así, sólo salió la gente que estaba en el césped, identificada por el club”.

Tampoco hubo incidencias en el acompañamiento del cuarteto arbitral, que al igual que los equipos, estaba “blindado” por un pasillo de seguridad en su acceso a los vestuarios.

El trabajo de la Policía Nacional finalizó a pie de pista en el helipuerto, pues una vez en ella, la expedición culé pasaba a ser responsabilidad de la Guardia Civil.
 


“Es mucho más que un partido de fútbol, además de un tema policial, es una cuestión de sensibilidad”

Muy destacable es, en opinión de los responsables del Operativo desplegado en Ceuta el pasado día 26, la “extraordinaria colaboración” de todas las personas implicadas “desde el más alto representante al operario anónimo”. “Continuamente están confluyendo administraciones, y en el engranaje es importante desde el operario que coloca una valla, pues si lo hace bien, todo va fluyendo bien”. En palabras de quien dirigió el dispositivo, lo que se desarrollaba ese día en la ciudad era “mucho más que un partido de fútbol”, “además de un tema policial es una cuestión de sensibilidad”, concluía. “El Cuerpo Nacional de Policía es el primer y último responsable, pero no actúa sólo”, apunta en el mismo sentido el inspector, quien hace hincapié en que en este tipo de operativos cuenta “hasta el último detalle”. Por ejemplo, el conductor del autobús del Barça tenía instrucciones “absolutamente precisas” sobre cómo estacionar el vehículo a las puertas de los vestuarios, con maniobras ajustadas al milímetro, de modo que se creara una zona estanca que, eso sí, no impidiera la proximidad del público.
 

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