Esta puede ser la mejor forma de
terminar con los que, sin papeles y sin saber convivir,
tampoco saben respetar lo ajeno y, por las buenas o por las
malas, más bien así, se apropian de lo que no es suyo.
Todo esto viene a tono, por cuanto, han sido expulsados,
para diez años, al menos, tres marroquíes, condenados a tal
expulsión por la magistrada del Juzgado de lo Penal número 1
de Ceuta.
Esos, que carecían de residencia legal en el territorio
nacional, habían delinquido en el propio centro de Ceuta,
primero en la zona del Poblado Marinero y un poco más tarde
en las inmediaciones de la Plaza de los Reyes.
Lo cierto es que se confesaron autores de un delito de robo
con intimidación y robo con intimidación en grado de
tentativa, no lo ocultaron.
Lo más positivo, para todos, no sé si también para los tres
expulsados, es que habían sido condenados a un año y seis
meses de prisión, pero esto fue sustituido por la expulsión
de España por un período de diez años.
He dicho que esta puede ser la mejor forma de “quitarnos” de
encima ciertas situaciones que no agradan a nadie. Lo malo
puede ser que, precisamente, esos que nada tienen que perder
y creo que muy poco que ganar, son capaces de burlar
cualquier tipo de control para volver a entrar, cuando menos
lo estemos esperando.
Estos delitos que les imputaba la representante del
Ministerio Fiscal en la Ciudad Autónoma, los propios
acusados lo reconocieron ante el tribunal.
Y, además, los trámites han ido rápidos, por cuanto esos
hechos denunciados sucedieron hace poco más de un mes,
concretamente el pasado día 21 de septiembre.
La Justicia, cosa que no siempre sucede, ha actuado con
rapidez, ante unos jóvenes que carecían de permiso de
residencia legal, para estar en nuestro país.
Y no es que el robo o su tentativa fuera de grandes
cantidades, pero primero ese robo con intimidación y luego
el otro robo, también, con intimidación en grado de
tentativa, han sido abordados con gran seriedad y, de
momento, nos veremos libres de tres personas que pocas cosas
positivas, parece que, nos iban a aportar.
Hay más, en poquísimas ocasiones un juicio se celebra con
tanta rapidez, pero aquí la defensa y la acusación, como no
podía ser de otra forma, llegaron a un acuerdo y hubo
conformidad por parte de los acusados con la pena que había
pedido el fiscal.
Cuando menos, y algo positivo tenía que darse en un hecho
como éste, no se perdió el tiempo, tratando de reducir la
pena o intentando hacer ver lo blanco negro, en unos hechos
que habían quedado muy claros.
No tener residencia legal, en ninguna parte del territorio
español, implicaba haber entrado, con toda seguridad,
camuflados por unos lugares, o de unas formas, no
permitidos.
Y el que, apoyándose en eso, trataran de “hacer valer su
ley” es lo que más fácil se le ha puesto al fiscal, a la
hora de pedir una pena.
Si, poco a poco, se fuera haciendo una “limpieza” de este
tipo, con tantos como han entrado de una forma ilegal y
actúan contra las leyes, una vez dentro, las cosas, a todos,
nos empezarían a ir mucho mejor.
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