Días pasados, hemos visto
publicada en la prensa cierta estadística confeccionada por
el Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS) relativa a
los problemas que entienden los ciudadanos tiene España en
estos momentos. Y sobre ellos destacan, en primer lugar, el
paro; en segundo, la crisis económica y, como tercero, la
clase política y los partidos. Y no tenemos por menos que
estar totalmente de acuerdo con estas apreciaciones de los
españoles encuestados.
Si los ciudadanos han elegido el desempleo (que registra
cifras históricas) como primer problema que tiene España en
estos momentos, creemos que viene bien acreditado por el
número de parados que alcanza ya la cifra de más de cuatro
millones y medio de ciudadanos en esta situación (un casi 40
% de ellos jóvenes que no han obtenido aun el primer empleo
y más de un millón y medio de personas que no disponen de
ingreso alguno en sus casas). ¿Que se podría agregar a estos
datos convincentes para que se pueda apoyar, sin ningún
género de dudas, el criterio expresado por los españoles
preguntados a este respecto?.
El problema económico o crisis “como probablemente nunca
padeció la economía española” (según opinión del profesor
Velarde Fuentes) que nos viene dada, además, por el fracaso,
quiérase o no, del régimen económico imperante en las
autonomías que han incrementado gastos (por duplicidad de
servicios que deben asumir los ayuntamientos o viceversa; la
adquisición y funcionamiento de vehículos, inmuebles,
mobiliario, equipos de oficina e informáticos, teléfono; por
las exageradas plantillas de personal asesor que vienen
contratando y otros varias etcéteras mas) no tenemos el
mínimo pudor que asentir y estar de acuerdo con la opinión
expresada por la ciudadanía y reconocer este segundo lugar
de nuestras preocupaciones para la crisis económica.
Mención aparte, por último, merece el tema de la clase
política y los partidos, en el que también coincidimos con
la apreciación de los ciudadanos encuestados, puesto que
estamos ya cansados, y casi no nos llama la atención, la
noticia diaria de corrupción en tal o cual autonomía o
ayuntamiento como los famosos casos Malaya o Gürtell y
siendo últimamente el mas sonado el del Rafael Velasco,
diputado autonómico de Andalucía, al conocerse que su
esposa, a través de la empresa Aula 5 de la que es
propietaria, ha percibido setecientos treinta mil euros en
subvenciones para impartir cursos de formación profesional
(hay que aclarar en su honor que el diputado andaluz ha
pedido la dimisión del cargo). Todas estas cuestiones nos
hacen desmerecer la actuación de los políticos dado, por
otra parte, que la ciudadanía desconoce su régimen
económico, las compensaciones dinerarias que perciben sus
dirigentes, los estados de cuentas de sus entidades, en un
palabra, que no hay claridad ni transparencia en los
destinos que se da a las subvenciones que reciben del
Estado. Eso, por una parte. Por otra, el empeño que tiene la
mayoría en mantenerse en el cargo hasta que circunstancias
ajenas a su voluntad deciden al partido darle el cambio o,
acreditada la inoportunidad de su mantenimiento en el
respectivo gobierno (autonómico o local) como ha sucedido
recientemente en nuestra ciudad, darle el cese fulminante.
En resumen: paro, crisis, clase política y partidos son, por
el orden citado, las principales preocupaciones de los
españoles por lo que, creyendo que no existen otras
alternativas, no tenemos por menos que estar de acuerdo con
el discurso de los ciudadanos que han tenido a bien designar
estas circunstancias como los tres principales problemas que
acucian a los ciudadanos españoles.
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