Buenos días, Ceuta.
Viajar resulta a veces un placer y otras veces un suplicio
si uno encuentra obstáculos a cada momento.
Bueno, no voy a divagar sobre lo antes escrito sino sobre la
sentencia absolutoria del jurado acerca de la mujer que mató
a su marido en Tafalla (Navarra).
Como siente jurisprudencia esa sentencia, veremos cada vez a
más mujeres que matan a sus maridos con impunidad, con
alegaciones de que fueron maltratadas durante años y sin
presentar denuncia por lo que sólo es la palabra de la
acusada.
Menudo precedente.
Es incomprensible esa decisión del jurado popular, lo que
redunda en la poca credibilidad de éste, al sentar una
sentencia novedosa y que sirve de referencia a futuras
actuaciones comprendidas dentro del mundo del crimen.
Entretanto, un guantazo dado por un hombre a una mujer tiene
consecuencias penales a gran escala.
No se entiende que esa mujer, la que mató a su marido de una
“puñalá”, no haya presentado anteriormente denuncia sobre
los malos tratos recibidos, ni sus hijos tampoco, y cuando
ve en su perspectiva las rejas de la cárcel… ¡hala! a
desfogarse de los malos tratos recibidos sin que su marido
pueda materializarse ni por lo tanto defenderse. ¿Los
hijos?, más de lo mismo.
Que el jurado diga que no ha quedado probado ningún hecho
delictivo, el cuchillo clavado en el fallecido y que le
produjo una tremenda hemorragia... ¿no lo es?, por lo menos
la mujer tenía un arma en la mano.
Mira que confundirlo con un accidente fortuito.
Si la mujer llevaba 44 años casada y ¡con cinco hijos!, no
presentó, ni sus hijos tampoco, una minúscula denuncia por
malos tratos… ¿cómo es posible que el jurado se crea su
palabra, y la de sus hijos, de que ha sido maltratada
durante cuarenta años?
Los gritos de alegría de la acusada al serle notificada la
sentencia absolutoria… es todo un poema.
Menudo precedente.
Si fuera al revés, nadie le quitaría 20 años de cárcel al
marido.
Bien, vayamos a otra cosa.
Hace unos meses, o quizás fue el año pasado, publiqué un
artículo haciendo referencia a la criminal actuación de los
ejércitos occidentales invasores de tierras orientales
(cercano o lejano oriente). Poco crédito se le dio al
mencionado artículo y ahora se destapan casos tan
deleznables de auténticos criminales que se amparan en el
uniforme de quienes dicen ser liberadores demócratas.
Una vez más, tenía yo razón.
Como no podía faltar alguna referencia al PP ¡ahí va!
Lo de Sánchez Dragó lo dejamos para otro día, pero la pepera
Aguirre ya debe estar rumiando algo. Mantener a semejante
tipo en “su tele”, aparte de que no graznen absolutamente
nada en su contra, aumenta el casillero de la negatividad de
esa política.
Por otro lado, ya empieza a darme tremendo asco las
actuaciones de los peperos en el Congreso y en cualquier
parte. No lucen palmito de auténticos políticos demócratas.
Lucen palmito de auténticos y cavernarios fachas.
Todas las tardes, después de la comida, aparece en la tele
“nacional” una serie dedicada a los amores de aquellos
tiempos revueltos y entre los personajes destaca un tal
Andrés… vivo retrato antañón de los peperos actuales. Toda
coincidencia no es pura casualidad, desde los apaños en
materia de construcción hasta el embolamiento de los
macarras policiales de entonces, pasando por “correas” (gürteles)
más o menos desbarrantes.
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