El presidente de Melilla, Juan José Imbroda, hizo ayer un
llamamiento a la calma tras los incidentes registrados el
martes en la ciudad, aunque ha dicho entender los motivos
que pueden asistir a sus protagonistas, dada la
desesperación que hay en muchas familias ante su situación
de desempleo.
En rueda de prensa, el mandatario autonómico ha valorado en
75.000 euros los daños ocasionados, ya que durante los
incidentes se quemaron unos 80 contenedores de basura y se
destrozaron siete cuadros de luz. Imbroda ha lamentado y
condenado estos incidentes, ya que no es el cauce adecuado
para protestar por alguna situación, por lo que ha pedido a
las personas implicadas que no actúen en esta línea, máxime
cuando hay heridos, como ha ocurrido con un policía, que es
“un trabajador más”.
Aunque el presidente ha insistido en la necesidad de no
llevar a cabo este tipo de acciones bajo ningún concepto, se
ha mostrado comprensivo ante la situación de muchas
familias, en las que ninguno de sus miembros trabaja desde
hace muchos meses.
“Entiendo perfectamente las razones que pueden asistir a
tantos miles de parados que hay en la ciudad, después de que
se les ha estado prometiendo muchos planes de empleo que
nunca llegan”, ha señalado la primera autoridad melillense,
quien ha añadido: “Se ha jugado mucho con los planes de
empleo, con el hambre ajena”.
El presidente ha planteado la necesidad de actuar ante la
tasa de paro que hay en la ciudad, que es superior al 24 por
ciento, y que en el caso de la población juvenil afecta a la
mayor proporción de todo el país. Ha apostado por aumentar
las políticas educativas, mejorar los transportes en la
ciudad, incrementar la formación universitaria y ampliar el
puerto comercial, una iniciativa que generaría 5.000
empleos.
Según Imbroda, la cifra de paro en Melilla es “muy
peligrosa” y ha considerado que no es de recibo que ante esa
situación el Gobierno central haya optado por reducir las
inversiones en la ciudad más de un 40 por ciento en los
últimos dos años.
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